03/09/2009

Racistas y contundentes

Hoy saltaba la noticia bien aliñada con suculentas imágenes.
Un montón de "pies planos" malos, muy malos, le daban un chaparrón de hostias a un pobre senegalés (negro, claro) antes de detenerlo.
El pobrecito senegalés iba tranquilamente por la calle sin meterse con nadie. Sólo llevaba un inofensivo destornillador -que terminó clavado en ocho "pies planos"- con el que iba gastando bromas a los coches a los que dejaba, de lado a lado, un rayoncito muy decorativo y sin importancia.
Algún vecino, injustificadamente alarmado y muy maluto también (seguro) y muy racista, da aviso a la poli.

Llegan los efectivos que, enérgicamente, le piden la documentación al africano "de color" (de color negro -que ya está bien de tanta gilipollez políticamente correcta-) quien amablemente, como se ve en las imágenes, y lejos de provocar un altercado, les responde tirando de destornillador y repartiendo mamporros a diestro y siniestro, porque él es muy bueno, es negro, es ilegal y no hace cosas malas.
La gente, que ya se arremolina en derredor de la bronca, sin saber de qué cojones va la vaina, empieza a increpar a los polis y a defender al que "creyeron" (¡creyeron!, nadie le conocía, nadie comprobó, todos se metieron en el ajo sin saber en qué estaban interfiriendo) un pobrecito mantero que se gana la vida vendiendo cedés del Ramoncín y de Miguel de Molina.
Somos así: altruístas, dadivosos, quijotescos...
¡Qué vecindario ejemplar y valiente! ¡Qué arrojo y solidaridad!
Es conmovedor aunque, no sé, hay algo que me intriga con independencia de que el tipo senegalés en cuestión fuera o no un delincuente o estuviera cometiendo un acto vascálico. Me pregunto, si el "mantero" -con confusión o no- hubiese sido un chico blanco, de cualquier arrabal urbano -no quiero citar por no ofender-, ¿lo habrían defendido con tanto ímpetu y ardor guerrero?
Yo creo que no. Yo creo que ese hatajo de subnormales que intervienen donde no les llaman sin saber por qué lo hacen y que se consideran más progres y antirracistas que los demás por un extraño complejo no superado, no habrían movido un sólo dedo... Pero, hay que aparentar lo que no se es y, si se puede, excomulgar al Papa por hereje.