02/12/2009

Pavana para cualquier cosa muerta


Me fastidia reconocerlo; pero, los cantantes y las cantantas tienen razón. Descargar música de la red, o un libro o una información, lo que sea, debe pagarse. Sobre todo porque en este mundo cruel todo se paga. Me fastidia reconocerlo aunque mucha de la música que se descarga es del nivel -altísimo, por supuesto- de "ave, María, ¿cuándo serás mía?" y eso debe, con muy buen criterio, estar penalizado si no con la cárcel, sí con unos cuantos euros y, a ser posible, con el señalamiento público y un conveniente escarnio por hortera, el descargador.
Cada descarga de internet debe ser gravada -no grabada- y el "top manta" erradicado.
Me parece bien, salvo que entreveo un pequeño inconveniente. Atendiendo al número de usuarios de internet no creo que el problema ocasionado con las bajadas de música sea tan grave, porque el número de usuarios no es tan abultado como quieren hacernos creer. Si a esto le añadimos que sin su música en la red se quedan sin ser oídos porque quitarla del medio no implica aumento de ventas: antes al contrario.
De lo que se han dado cuenta es de que la red puede, gracias a las encomiendas e incautos, ser un chollo: con menos ediciones más ingresos.
Solución salomónica: usted me cobra por oír su patético disco en la red, vale; pero, después de pagarlo, usted me envía el cedé original a casita para que yo lo ponga ochenta y siete mil quinientas trece veces.
Porque lo que se "cuelga" en la red, debe entenderse, fundamentalmente, como un préstamo entre amigos, entre coleguitas. Yo puedo leer un libro en línea; pero, no lo imprimo porque me saldría peor el remedio que la enfermedad. Con los vídeos, la música, los juegos, etc... "tres cuarts de lo mém".
Claro que la red es selectiva: si oigo lo último de Rosariyo y no me gusta porque es más de lo mismo con otro ritmo, pues no lo compro: y eso jode.
Por cierto, ¿Rosario no es la hija de ésa que no pagaba a Hacienda?