19/03/2010

La Hidra de Lerna


Hércules (Heracles) tuvo que pedir ayuda a Yolao. El remedio era peor que la enfermedad pues por cada cabeza que segaba a la terrible Hidra, a ésta le surgían espontáneamente otras dos en dramática progresión. Así, entre los dos, sumando los esfuerzos del héroe amputando testas y del subalterno cauterizando los cortes para que no brotaran más cápitas, consiguieron abatir al monstruo, anularlo para siempre.
No sé si la serpiente del anagrama etarra tiene una segunda interpretación cargada de intención -"dónde una cabeza se cierra otra se abre"- o se limita al significado elemental del "bietan jarrai" (algo así como "adelante con los dos", con el sigilo y el secreto y el zarpazo letal).
En todo caso es ilustrativo. Tanto la elección del símbolo de los asesinos como la lección, la moraleja, que del trabajo mitológico de Hércules se puede depurar: no basta con cercenar la cúpula; además hay que impedir que surja una nueva.
No seré yo quién ponga en duda la voluntad de los políticos españoles para acabar con la delincuencia vascongada.
Sin embargo, la historia y los acontecimientos nos dicen que la actuación policial no es suficiente porque siempre hay otro imbécil dispuesto a recoger el sangriento testigo de los que son "abatidos".
No basta, pues, el esfuerzo hercúleo de siega.
Es necesario reforzarlo con una actuación contundente que impida la regeneración del mal y su expansión.
Yolao, en este caso, somos todos; pero, mucho más los son aquellos a los que el Estado ha investido de poder.
No es suficiente el peligroso, arriesgado, esfuerzo y la voluntad valiente de miles de vascos que cada día se enfrentan al vascalismo etarra. Esto hay que complementarlo con medidas enérgicas y definitivas que afiancen la seguridad de que ninguna preñez de odio o de estupidez va a poder escalar a la peana de la violencia.
Esas medidas, lógicamente, incluyen el asalto político-diplomático a cualquier santuario en el que a los asesinos se les dé cuartel.
Porque el hecho de que a un tipo lo elijan en las urnas no significa ni que sea honrado ni que no sea un hijo de la gran puta. Si es un tirano, con más motivo.