17/03/2011

Pagar por lo que no se tiene

Si algo bueno ha tenido esta crisis demoledora es que ha generalizado, también, términos y conceptos que antes pasaban de largo y, de alguna manera, ha removido algunas conciencias y ha modificado algunos criterios. Nos ha enseñado que el más tramposo no es el ciudadano que, víctima oportuna y sin derechos, no puede cumplir con sus compromisos de pago, sino quienes emitieron dinero que no era dinero y sin respaldo alguno y reciben, además de ayudas, dinero de verdad en un perfecto timo de la estampita: entidades financieras y gobierno.
Pero, tanto "gobierno" como "entidades financieras" son entes -lamento la redundancia- abstractos carentes de responsabilidad. Por eso la responsabilidad recae, íntegra y contundente, sobre el ciudadano que sin catarlo se ve de repente abocado a satisfacer y enmendar los fraudes de otros.
Acudir a la "justicia" para remediar el asunto es de ilusos. El ciudadano carece de recursos para combatir. Ni siquiera puede acudir con garantias a las asociaciones de consumidores porque todas, TODAS, visble o invisiblemente, dependen de algún partido político, de alguna gran empresa o están influidas por alguna estructura poderosa que las financia y las cobija. Es como acudir al Defensor del Cliente de un banco a sabiendas de que dicho "defensor" está en la nómina de la casa. ¿A qué cliente va a defender?
No estoy en eso, sin embargo.
He titulado la entrada "Pagar por lo que no se tiene". Me refiero a las viviendas, a las hipotecas ejecutadas en donde con peculiar criterio, el hipotecado pierde su casa y aún así debe seguir pagando al banco. Sobre el asunto he oído argumentos de lo más peregrinos para justificar el robo (a mi me parece que media una cierta violencia).
No voy a pormenorizar cada una de las estupideces que se argumentan (y que los jueces admiten como válidas) por los bancos para recuperar "su" dinero porque sería largo y tedioso desenmascarar cada una de las contradicciones. Solamente voy a centrarme en un detalle que a nadie se le ha pasado por alto pero que, no sé por qué, a jueces, medios, etc.., sí. En una incongruencia lamentable a la todavía no encuentro sentido ni justificación. ¿Por qué una vez ejecutada una hipoteca no queda la deuda saldada? Se "entrega" el bien, por lo tanto se "entrega" el valor. Con mucha insistencia se aduce que sí, se entrega el bien pero disminuido de valor, y se olvida que es el banco el que tasó, el que puso el valor y que, por ende, igual que en él repercute una posible revalorización debe, en la misma y justa medida, repercutir la depreciación. No es lógico que el hipotecado se quede sin nada y el banco reciba el bien y el dinero íntegros. Sobre todo porque si el hipotecado consigue ir pagando sus cuotas, entonces se le debería devolver el bien.
En España llevamos siglos sufriendo la usura descarnada y descarada con el beneplácito de políticos y jueces que nada hacen por crear un sistema equilibrado. Ortega y Gasset ya denunciaba el pasado siglo la lamentable práctica bancaria y la complacencia de los estamentos de poder consciente de que Spain is different.