03/10/2016

PAVANA -MEJOR QUE REQUIEM- PARA UN SÁNCHEZ DIFUNTO

Si es que se veía de vení”. Ahora, a toro pasado, todos somos sabios y profetas. El lance de imperfecta agonía de Sánchez y el PSOE estaba cantado. Ahora, a toro pasado, todo son duelos, quebrantos, algún palomino de añadidura y un denso “lo avisé”. Todos lo sabíamos menos algunos...
Leo por ahí -y quien lo escribe no oculta su justificada alegría- que Sánchez ha caído y de repente, por esa extraña capacidad que tenemos para asociar situaciones, recuerdo el chiste del Cheli y su moto: “el Cheli no se cae: el Cheli se tira”. El Cheli, hasta para eso era chulo (como la Aguirre) y tenía arte. Sánchez, sin embargo, no ha caído; a Sánchez lo han tirado: quiso hacer un caballito o un león rampante y en vez de meter miedo, alguien le aprontó una taina en salva sea la parte por dejarla al descubierto y desprotegida. Es lo que tiene la política, que es cosa de macana donde no rigen para los púgiles las reglas del marqués de Queensberry. Pero, le está bien empleado por dos razones. La primera es por mantener un PSOE residual marca ACME que le ha estado explotando constantemente en las manos convirtiéndole en un pobre Coyote. La segunda es por hacer novillos el día que en clase dieron a Viriato y a Beltrán Duguesclín para ilustrar sobre las traiciones y su maniática costumbre de “venir desde dentro”. Él solito se ha llevado al borde del precipio desde el que ha bastado un soplido hostil para desequilibrarle y sumirle en el abismo. Sánchez, sin el sillón, no tiene nada salvo un futuro peliagudo. Él será el primero en ser purgado y ya puede ir olvidándose de tener voz y voto en el PSOE a menos que la militancia milagrosamente le recupere (cosa harto improbable). Sobre todo porque ahora empieza el baile de la depuración, la lenta pavana en la que, uno tras otro, van siendo eliminados todos los que apoyaron a Sánchez.
En los próximos días, imagino, asistiremos a la recuperación del poder por la facción de “los de siempre”, por los guardianes del grial pesoísta. Se acabaron la intrigas y las sorpresas; todo debe quedar atado y bien atado. ¿Y la militancia? La militancia, ¿qué? La militancia nada. A la militancia crítica la anularán; a la militancia pasiva y votantes perdidos les venderán, con una mejorada campaña de marcadotecnia, aquello de la importancia del PSOE en la Historia democrática de España, de su peso político, de que es un partido necesario que debe recuperar su esplendor y todo eso. Les volverán a vender lo prestigioso y chic que es pertenecer y votar al PSOE, el marchamo de clase y de calidad: “¡Alcalde! ¡Que todos somos contingentes; pero, tú eres necesario!” Hay que reconquistar para recuperar la suculenta hegemonía.
Y tragarán. Tragarán porque es su partido, porque son leales, porque son ingenuos, porque son ignorantes o porque les interesa. No habrá cuestionamientos. A nadie se le ocurrirá aducir que ningún partido es necesario ni tiene naturaleza permanente, que eso de la importancia y lo de que es un partido imprescindible es una memez, un razonamiento tan peculiar y falso que raya el esperpento. A nadie se le ocurrirá argüir que la desaparición (o su pase a segunda o tercera división) del PSOE no supone ningún trauma salvo para quienes obtienen por medio del partido pingues beneficios, y que mandar al banquillo de por vida a todos los que hasta la fecha han estado mangoneando tampoco es pecado ni delito. Yo, si fuese militante socialista, sospecharía -de entrada- de ese empeño del PP por tener de compañero en el ruedo político sólo al PSOE. A Sánchez le ha defenestrado el “no es no”; un “no es no” tardío y dubitativo; un “no es no” oscilante y tornadizo e inseguro. Sánchez no tuvo redaños para ser líder, no supo, y ahí empezó su fin. El PSOE, tras esta breve fuga desorientada, volverá a su redil: la derecha; volverá a ser pastoreado por esa burguesía que lo domina casi todo; porque PP y PSOE son la misma falsa moneda y tienen un único propietario que intenta monopolizar a través de ellos todo el espectro político. A ver qué dice la militancia, qué los votantes prófugos. Intuyo que no les van a dejar abrir la boca.
Ahora todo ha terminado o todo empieza ahora. Cámbialo todo para que todo permanezca igual.