Fuerza y honor. En boca de Rodríguez Zapatero, este lema agitado por las legiones romanas antes de arrostrar la liza, parece un insulto. Parece, no; es un insulto: a la fuerza que ejercen miles de seres por su supervivencia diaria, al honor de quienes -a diferencia de Errezapatero que tanto practica la mendacidad y enarbola la falacia- consideran la mentira algo perverso y abominable. Es un insulto a la inteligencia, a la noble y cabal rectitud en el proceder, a la honestidad herida por este zascandil y sus carlancas atroces.
El lema, en labios de cualquiera de nuestros políticos suena a ironía, a mofa y befa y escarnio. Esputado de la gola abyecta de "nuestro" Presidente, se reboza en una baba viscosa que la convierte en pura deyección.
Pero, este tipejo (el tal Errezetapé), no dejará de sorprendernos. No creo descabellado que de aquí a unos días se quite la máscara -que, sabemos de sobra, lleva el pájaro- y nos adorne una de sus arengas vomitivas desplegando su esencia fascista (su verdadera esencia) y saludando al tendido motu romano. Res ipsa loquitur.