02/09/2021

 Dejó dicho Joaquín Costa que, así las cosas, media España moriría ahogada y la otra media de sed. La falta de infraestructuras y, lo que es peor, la falta endémica de criterios le llevaron a fijar esas palabras aniquiladoras que se han perpetuado siglos después. España es un país de oportunistas y advenedizos que se dedican a la política sin la mínima pizca de vocación de servicio la inmensa mayoría de ellos. Su único interés, medrar. Y así van las cosas centuria tras centuria. No son los únicos responsables de la abúlica mediocridad instalada en el coso político: los ciudadanos llevamos en la estolidez de nuestro pecado la penitencia que merecemos.

Que nadie se queje de las situaciones si cree que por haber votado ya ha cumplido con su deber social ciudadano. Votar no es más que la acción que precede a la excusa de la conformidad. Carecemos de educación política, social, medioambiental, económica, consumidora... y nos sobran rogativas, banderitas y fanatismos exacerbados y atávicos. Sé que no se darán por aludidos quienes más deberían: es otro rasgo distintivo de nuestra mezcla esencial. País de cobistas, tramposos y pícaros. País grotesco cuna del esperpento.
Qvosqve tandem...