23/11/2018
18/10/2018
04/05/2017
27/10/2016
ESA RANCIA ARISTOCRACIA
De cuando en cuando, es un leitmotiv harto socorrido, el PSOE saca a relucir la ya pesada letanía de sus no sé cuántos años de historia y luego, como queda la mar de bien, añade tras la copla el bordón de "al servicio de la democracia y de España". Ya se sabe que "lo pintan" es más fiero que el león, que no es oro todo lo que reluce y que el color del cristal con que se mira modifica lo que se ve, aunque lo que más modifica lo observado es el ojo de cada uno y sus defectos.
Cada cierto tiempo nos aventan a voleo -con el pitas pitas-, digo, esa monótona consigna con la que parece quieren justificar un lugar que no les puede ser expropiado, un lugar que -insinúan- les perteneciera por derecho divino. Es, de alguna manera, una especie de derecho feudal sobre el espacio político. Un derecho irreplicable e inalienable adquirido por el simple hecho de existir. Son como esos tipos que en la tarjeta de visita en cuyo ángulo superior izquierdo reluce un escudo de armas, bajo una ristra insoportable de apellidos cargados de nexos y guiones, ponen en letra bien visible el título nobiliario que ostentan, según ellos por encima del resto de los mortales. Apelan a que la legitimidad de su título se nutre de las heroicidades pasadas y en ellas basan su legitimidad presente. Nada más falso, nada más tramposo.
El PSOE, como esa aristocracia, es prescindible. Es prescindible como lo es la burguesía o los cazadores furtivos. Los médicos, los bomberos, los maestros son necesarios; los partidos políticos (y la mayor parte de sus dirigentes), no. No son un "pilar" -como quieren hacernos creer- necesario. Menos cuando hasta la fecha lo único que han demostrado es que son nidos de corrupción que, para colmo, mantenemos con nuestros dineros.
Yo lo siento; pero, a diferencia de aquel alcalde (Rafael Alonso) de Amanece que no es poco, el PSOE -o cualquier otro partido político- es contingente y es innecesario. Que no os engañen, porque toda esa pantomima no es más que para mantenerse unos cuantos en una posición de privilegio de la que han hecho su forma de vida e ingresos y que ahora, más que nunca, ven peligrar.
05/10/2016
ALGARABÍA
De vuelta a
casa extraigo de la madeja de pensamientos uno y me concentro en él:
“Octubre. Una temperatura agradable. Si este es el cambio
climático, yo firmaba ahora mismo por mantener esta tibieza
reconfortante todo el año: esto es calidad de vida. El ser humano
(“hombre” que se opone, en su definición, al hombre “ser hijo
de puta”) ya es capaz de hacer hielo o lluvia, de desalar agua o
potabilizarla, de reproducir plantas o repoblar y muchas cosas más
que permiten alterar la Naturaleza para mejorarla -ya sé que la
realidad es otra y sé el porqué- y hacer este mundo más
confortable. No veo, por eso, la necesidad de pasar fríos ni calores
extremos. Lo pienso y sí: firmaba esta temperatura todo el año: un
eterno suave clima tropical”.
En esto
estoy cuando me saca de mi atolondrada abstracción el tipo que me
pisa los talones. El alógeno desmenuza, pegado al teléfono
portátil, una (para mi novedosa) aljamía que, como el espanglish,
se habrá fraguado casi “sin sentir” y que es una peculiar
amalgama de su lengua nativa y de la vernácula mía. Así,
intercaladas entre sonidos aspirados y guturales, reconozco palabras
y frases de mi verboteca. Le salen mezcladas, espontánemente, con
naturalidad no forzada, están integradas; son parte de su discurso y
del del receptor. No desvirtúan la lengua dominante del
hablante; parecen enriquecerla, nutrirla de nuevos conceptos y
tiempos verbales inexistentes antes en ella. No hay confusión, no es
algarabía; es más una simbiosis o una adaptación al nuevo medio
que se expresa con tiempos, pesos, medidas diferentes, más amplias,
que urgen la necesidad de inmiscuirse en la lengua autóctona: es una
cuestión de conjugar el desconocido futuro. Acaso sea una
consecuencia de la ley pendular de la Historia que nos revive a lo
mozárabe y lo mudéjar. De ahí paso al vecino -también foráneo-
que se excede con la colonia, que se atusa (tal vez sea cristiano,
que también los hay en ese pueblo, o en esos pueblos), a las jóvenes
con las que me cruzo con frecuencia, coquetas, cosmetizadas, con sus
vaqueros ajustados, con su escote alguna, con su minifalda alguna,
con sus tacones y sus adornos alguna.
Pero,
inevitablemente, también acuden a mi cabeza las sombras, las zonas
oscuras. Me vienen aquellos otros que siempre celarán la doctrina y
la fe puras; los que siempre estarán alerta para velar por las
buenas costumbres y mantener a salvo la tradición y eso que no se
sabe quién llamó “cultura”. Los seres oscuros con sus afilados
alfanges pendiendo sobre todas las cabezas: las fieles y las
infieles. Los libros religiosos deberían haber consagrado, todos por
igual, un párrafo común: “Y Dios eliminó a los seres oscuros del
fanatismo y vio que lo hecho era bueno”.
Estamos en
Octubre; en un Octubre que ha empezado amable, sereno, apacible. Un
otoño que no lo es, que es más bien el verano con el brazo
extendido. Yo firmaba esta temperatura todo el año.
03/10/2016
PAVANA -MEJOR QUE REQUIEM- PARA UN SÁNCHEZ DIFUNTO
“Si es
que se veía de vení”. Ahora, a toro pasado, todos somos
sabios y profetas. El lance de imperfecta agonía de Sánchez y el
PSOE estaba cantado. Ahora, a toro pasado, todo son duelos,
quebrantos, algún palomino de añadidura y un denso “lo avisé”.
Todos lo sabíamos menos algunos...
Leo por ahí
-y quien lo escribe no oculta su justificada alegría- que Sánchez
ha caído y de repente, por esa extraña capacidad que tenemos
para asociar situaciones, recuerdo el chiste del Cheli y su moto: “el
Cheli no se cae: el Cheli se tira”. El Cheli, hasta para eso
era chulo (como la Aguirre) y tenía arte. Sánchez, sin embargo, no
ha caído; a Sánchez lo han tirado: quiso hacer un caballito o un
león rampante y en vez de meter miedo, alguien le aprontó una taina
en salva sea la parte por dejarla al descubierto y desprotegida. Es
lo que tiene la política, que es cosa de macana donde no rigen para
los púgiles las reglas del marqués de Queensberry. Pero, le está
bien empleado por dos razones. La primera es por mantener un PSOE
residual marca ACME que le ha estado explotando constantemente en las
manos convirtiéndole en un pobre Coyote. La segunda es por hacer
novillos el día que en clase dieron a Viriato y a Beltrán
Duguesclín para ilustrar sobre las traiciones y su maniática
costumbre de “venir desde dentro”. Él solito se ha llevado al
borde del precipio desde el que ha bastado un soplido hostil para
desequilibrarle y sumirle en el abismo. Sánchez, sin el sillón, no
tiene nada salvo un futuro peliagudo. Él será el primero en ser
purgado y ya puede ir olvidándose de tener voz y voto en el PSOE a
menos que la militancia milagrosamente le recupere (cosa harto
improbable). Sobre todo porque ahora empieza el baile de la
depuración, la lenta pavana en la que, uno tras otro, van siendo
eliminados todos los que apoyaron a Sánchez.
En los
próximos días, imagino, asistiremos a la recuperación del poder
por la facción de “los de siempre”, por los guardianes del grial
pesoísta. Se acabaron la intrigas y las sorpresas; todo debe quedar
atado y bien atado. ¿Y la militancia? La militancia, ¿qué? La
militancia nada. A la militancia crítica la anularán; a la
militancia pasiva y votantes perdidos les venderán, con una mejorada
campaña de marcadotecnia, aquello de la importancia del PSOE en la
Historia democrática de España, de su peso político, de que es un
partido necesario que debe recuperar su esplendor y todo eso. Les
volverán a vender lo prestigioso y chic que es pertenecer y votar al
PSOE, el marchamo de clase y de calidad: “¡Alcalde! ¡Que todos
somos contingentes; pero, tú eres necesario!” Hay que reconquistar
para recuperar la suculenta hegemonía.
Y tragarán.
Tragarán porque es su partido, porque son leales, porque son
ingenuos, porque son ignorantes o porque les interesa. No habrá
cuestionamientos. A nadie se le ocurrirá aducir que ningún
partido es necesario ni tiene naturaleza permanente, que eso de
la importancia y lo de que es un partido imprescindible es una memez,
un razonamiento tan peculiar y falso que raya el esperpento. A nadie
se le ocurrirá argüir que la desaparición (o su pase a
segunda o tercera división) del PSOE no supone ningún trauma
salvo para quienes obtienen por medio del partido pingues beneficios,
y que mandar al banquillo de por vida a todos los que hasta la fecha
han estado mangoneando tampoco es pecado ni delito. Yo, si fuese
militante socialista, sospecharía -de entrada- de ese empeño del PP
por tener de compañero en el ruedo político sólo al PSOE. A
Sánchez le ha defenestrado el “no es no”; un “no es no”
tardío y dubitativo; un “no es no” oscilante y tornadizo e
inseguro. Sánchez no tuvo redaños para ser líder, no supo, y ahí
empezó su fin. El PSOE, tras esta breve fuga desorientada, volverá
a su redil: la derecha; volverá a ser pastoreado por esa burguesía
que lo domina casi todo; porque PP y PSOE son la misma falsa moneda y
tienen un único propietario que intenta monopolizar a través de
ellos todo el espectro político. A ver qué dice la militancia, qué
los votantes prófugos. Intuyo que no les van a dejar abrir la boca.
Ahora todo
ha terminado o todo empieza ahora. Cámbialo todo para que todo permanezca igual.
28/09/2016
SÍ HUBO REVOLUCIÓN
Análisis,
análisis, análisis... Tenemos la costumbre (yo el primero) de
atribuir el rango de análisis a lo que sólo es mera opinión. Y
opinadores somos todos.
En la crisis
política destada en España todos tenemos voz y, según parece,
varios votos. En la voz, todos queremos llevar la cantante y todos
damos lecciones magistrales sustentadas más en la arrogancia que en
la realidad de nuestras capacidades.
Sin embargo,
puestos a sentirnos analistas de postín, analicemos. Los datos son
claros y contundentes. El primero es doble: ni PP ni PSOE han
obtenido (¡dos veces!) la mayoría suficiente para gobernar.
Análisis: su número de votantes se ha reducido. Habrá qué ver el
porqué, un porqué que resulta evidente. Segundo dato (por mucho que
no les guste a muchos): PODEMOS irrumpe con una fuerza más que
notable en el Parlamento. Le sigue CIUDADANOS, de lejos. Análisis:
buena parte del electorado que consideraba no estar representado en
las opciones “tra(d)icionales” ha visto en ese partido (PODEMOS)
esa posibilidad de representación y ha acudido a votar cuando, hasta
entonces, había sido un electorado pasivo. PODEMOS, por supuesto,
también ha recibido una importante transfusión de la parte
desencantada de PSOE e IU. La importante consecuencia es que PODEMOS
ha conseguido lo que de entrada parecía imposible: entrar en el
sistema caciquil pergeñado por PP y PSOE y desestabilizarlo. Nos
guste o no, aquella descendencia (bastarda para unos, legítima para
otros) del 15-M que es PODEMOS ha tomado cuerpo, carta de naturaleza,
espacio propio y está haciendo temblar los cimientos de un Estado
corrompido, ha conseguido conmover las estructuras de los dos grandes
partidos y les ha obligado a replantearse sus conceptos, sus
posiciones y sus estrategias; les ha obligado a modificar la visión
del cortijo patrio que hasta no hace mucho tenían y explotaban
impunemente.
Dicho esto,
quedan algunas cuestiones por aclarar. El PP culpabiliza a PSOE del
bloqueo institucional por no permitirle gobernar aunque sea en
minoría. El argumento es tan falso como odioso y lamentable. Hagamos
un ejercicio de modesta mayéutica para desmontar el gran sofisma del
PP: Partamos de una premisa aceptada por todos: “En democracia
gobierna la mayoría parlamentaria” (no el partido más votado,
porque ser el partido más votado no conlleva, necesariamente, ser la
mayoría parlamentaria). Bien, entonces: ¿Ha obtenido el PP mayoría
suficiente para gobernar? Si la respuesta es sí, que gobierne, ¿cuál
es el problema? Si la respuesta es no, entonces no tiene mayoría
parlamentaria por lo que no tiene por que ser obligatoriamente el
partido que gobierne. Sobre el “bloqueo”. Demos la vuelta al
argumento del PP: ¿está dispuesto el PP, para evitar unas terceras
(y vergonzosas, según ellos) elecciones no ejercer ese bloqueo del
que tanto hablan y permitir un gobierno como el que ellos piden para
sí mismos? Si la respuesta es sí, no hay problema: Rajoy renuncia,
y con él todos los demás, y permiten un gobierno de la izquierda.
Si la respuesta es no, ¿por qué acusan a los demás del mismo
pecado que ellos cometen? Si el bien supremo para el país es que no
haya otros comicios y sí un gobierno, más o menos estable, ¿por
qué no renuncia el PP a su empeño de gobierno y se inmola por ese
bien supremo?
¡Ah, ya!
Porque le problema estriba en que si llega al poder “esa izquierda”
puede que levanten alfombras y que muchas prerrogativas se
volatilicen como por arte de magia: ¿adiós a la burguesía dominante
y a la omnipotencia de sus miembros (y miembras) tal y como hoy la conocemos y padecemos?
Una parte
del PSOE ha comprendido que su pérdida de votos se debe,
probablemente, a la connivencia mantenida durante tanto tiempo con la
derecha. Una parte del PSOE ha intentado (tarde) recuperar ese
espacio abandonado y dominado ahora por los “OKUPAS” de la
política. No obstante, un sector importante se niega a volver a la
senda del progresismo (donde, en realidad, nunca pastaron) e imputan
la debacle a Sánchez. Lo cierto es que esa imputación es una excusa
ladina, tramposa, tras la que se oculta, en realidad, una lucha por
la supervivencia de ciertos status. ¿O alguien cree que Madina,
proahijado por Pérez (ése al que le molesta que le llamen Pérez:
prefiere “Rubalcaba” porque tiene más enjundia, más clase, más
distinción) va a recuperar en un santiamén los votos perdidos? No
nos engañemos. ¿Alguien cree que Díaz y sus faralaes van a renovar
el PSOE? Díaz es la continuación de la vieja guardia, ni más ni
menos. Es el más de lo mismo y de los mismos y es el "hoy por ti mañana por mi" con el PP.
Queda por
ahí lo de CIUDADANOS: No requiere más
comentario.
En
definitiva, todo este conflicto general es fruto de la aparición en
el ruedo de PODEMOS. Su sola presencia ha demsontado al PP, ha
descabezado al PSOE y le ha fragmentado, ha engullido a una IU que
empezaba a codearse con los poderosos y ha agitado un clamoroso
debate en la sociedad. Todo un triunfo aunque hayan perdido un millón
de votos que, tal vez no fuesen suyos, sino de IU, de esa parte de IU
que veía con buenos ojos pertenecer a un sistema corrupto en el que
sentía cómoda. Sin PODEMOS todo estaría igual que siempre y los
dos grandes estarían gozando de una tierra de nadie que ahora ya
tiene dueño y parece que tiene intención de quedarse. PODEMOS ha
sido un revulsivo social, una revolución real, verificable; no sé si por la tensión del
núcleo irradiador y los chiriflús laterales o por la acción
directa de los agentes abrasivos sobre el barniz filamentoso del
alicuécano gris: a tanto ya no llego. PODEMOS da miedo a algunos. Le
temen. El porqué verdadero lo sabemos y lo callamos: si ahora
estamos así, no queremos ni pensar en la posibilidad de que un día
a alguien se le ocurra quitar el tapón del sumidero estatal. Sé que
para un análisis más profundo y exhautivo hay que conjugar algunos
elementos influyentes que quedan por ahí. Es innegable. Hay muchos
más elementos periféricos a tener en cuenta. Pero, creo que el
núcleo fundamental es el expuesto con mayor o menor acierto: es lo
que tiene el vino, que si me equivoco... Aunque creo que no.
26/09/2016
LA INSOPORTABLE ESTUPIDEZ DEL SER
No tiene nada extraño la celebración exultante de la derecha por la caída de Pedro Sánchez. Tampoco lo hay en la alegría, algo más contenida y disimulada -con sonrisa sardónica, de medio lado-, de las viejas glorias del PSOE que se relamen de nuevo viendo que pueden recuperar antiguos puestos y renovar su peso en el partido moribundo. Es llamativo que Sánchez estuviese destinado a "mandar" en el PSOE a título póstumo porque el pobre llegó destronado a su reino. Pedro Sánchez y Apellido-Compuesto pretendió el timón pesoíta creyéndose -quizá por eso de que quienes olvidan su Historia están obligados a repetirla- un nuevo Rodríguez Zapatero. Sin embargo, esta vez los cerberos del partido estaban atentos y alerta para evitarlo. Por eso a Sánchez le dinamitaron desde el principio. No por guapo ni por peligroso, sino por expósito. Es el único Secretario General del PSOE al que todo el elenco anterior, todo el "gonzalismo" (desde Guerra hasta Díaz, Page, Fernández Vara, pasando por Leguina o por Rodríguez Ibarra y todos "esos"), le ha saboteado pidiendo el voto solapadamente (excepto algunos como Leguina o Corcuera que lo hicieron abiertamente) para otro partido: el PP. Sánchez no ha sabido nadar y guardar la ropa. No ha sabido usar ni su bando ni su mando. No ha sabido anular la poderosa influencia de la "vieja guardia": no ha sabido limpiar su partido, aprovechar el momento y afianzar su liderazgo. Tuvo una oportunidad de oro, y la desaprovechó. Pedro Sánchez ha demostrado suficientemente su precaria inteligencia; su estolidez, su estupidez le ha pasado factura. Ahora es un "bello cadáver" del que no quedará ni una fotografía enmarcada en el pasillo de la sede de Ferraz.
Las fracturas internas trataron de enmascararlas de "democracia interna" cuando eran, sencillamente, una guerra declarada de desgaste y posiciones. Y de esos polvos estos lodos. Ahora el PSOE está en trance de muerte porque su dubitativa posición ha podido más que el intento de rectificación. Se alinearon con la derecha; perdieron la confianza de muchos de los suyos y cuando quisieron enmendar el error ya era tarde.
Lo mismo que le puede pasar a Podemos. Obtuvieron buenos resultados acercándose a los desencantados y a los indignados; moderaron su discurso y perdieron la parcela que querían ganar y la parcela que tenían ganada. Cada uno en su sitio y dios en el de todos. Eso es lo que debe estar pensando ahora Rivera. Su discurso "españolista" puede tener algo de calado en Cataluña por eso de "jugar en casa". En el resto de España me da que ese espacio ya está ocupado y copado por el españolismo natural, por el castizo, por el "legítimo" del PP cuyos yunques y ruedas cantan al compás, machacan y atropellan al compás. De Rivera esperaron algunos intenciones sinceras de renovación; pero, sus pactos y sus acuerdos desmintieron sus palabras. Rivera, no obstante, parece un tipo más perseverante que Sánchez, y más ambicioso: no me extrañaría que en poco tiempo fuese directamente en las listas del PP. Rivera no va a renunciar fácilmente a la buena vida parlamentaria y menos siendo consciente, como es, de su buena retórica, de su capacidad oratoria.
Las fracturas internas trataron de enmascararlas de "democracia interna" cuando eran, sencillamente, una guerra declarada de desgaste y posiciones. Y de esos polvos estos lodos. Ahora el PSOE está en trance de muerte porque su dubitativa posición ha podido más que el intento de rectificación. Se alinearon con la derecha; perdieron la confianza de muchos de los suyos y cuando quisieron enmendar el error ya era tarde.
Lo mismo que le puede pasar a Podemos. Obtuvieron buenos resultados acercándose a los desencantados y a los indignados; moderaron su discurso y perdieron la parcela que querían ganar y la parcela que tenían ganada. Cada uno en su sitio y dios en el de todos. Eso es lo que debe estar pensando ahora Rivera. Su discurso "españolista" puede tener algo de calado en Cataluña por eso de "jugar en casa". En el resto de España me da que ese espacio ya está ocupado y copado por el españolismo natural, por el castizo, por el "legítimo" del PP cuyos yunques y ruedas cantan al compás, machacan y atropellan al compás. De Rivera esperaron algunos intenciones sinceras de renovación; pero, sus pactos y sus acuerdos desmintieron sus palabras. Rivera, no obstante, parece un tipo más perseverante que Sánchez, y más ambicioso: no me extrañaría que en poco tiempo fuese directamente en las listas del PP. Rivera no va a renunciar fácilmente a la buena vida parlamentaria y menos siendo consciente, como es, de su buena retórica, de su capacidad oratoria.
Veremos qué va pasando, qué se saca de cada uno de los duelos planteados. Me da que al final se resolverá refranescamente, como siempre: a río revuelto...
22/09/2016
FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETE(D)O(R)
Gobierno "Frankenstein" es la nueva metáfora de la derecha para definir
cómo de monstruoso sería un gobierno de PSOE, Podemos, IU y algún que
otro partido nacionalista. Olvidan que el PP ya gobernó (fue "esclavo
de", más bien) en más de una ocasión con alguno de esos hoy repulsivos nacionalistas y
que el PSOE también lo hizo. Cuando esto lo hacen ellos -"ellos" son los de siempre, los dos "grandes"- es "por el bien de la
gobernabilidad" y "por el bien común" y un matrimonio de tan extraña catadura era incluso razonable ya por la
afinidad ideológica (derecha en el caso del PP), ya por el similar
concepto de Estado (en el caso del PSOE). Ahora ya conocemos todos el
resultado de aquellas nupcias (tresmil y pico millones de euros
insaculados por la familia Pujol, por ejemplo, mientras hablaban catalán
en la intimidad o en la intimidación). Si los pactos son de otros,
de los ajenos, entonces se consideran aberraciones, alianzas impropias, contra natura. Tal es el rasero de
estos tipos que hacen de la discrepancia pública entre Iglesias y
Errejón o entre Sánchez y "esos barones" o entre Garzón y "viejos
guardias" una pesada actualidad informativa mientras tratan de pasar por
alto sus propias luchas intestinas, de silenciar sus discrepancias
internas en el caso, por ejemplo, de Barberá: es hipocresía aunque lo
llamen política.
Puede que un gobierno de la "izquierda" y los nacionalistas sea monstruoso y antinatural; pero, olvidan -acaso no lo sepan: tal es su ignorancia- que al engendro "Frankenstein" (el monstruo carece de nombre en realidad) lo creó la locura de quien se creyó dios; de quien se pensó a sí mismo como todopoderoso, invulnerable, inmune, intocable; por quien pretendió estar por encima del bien y del mal: ¡como ellos! Olvidan que el catacrético monstruo no era tal, que se convirtió en monstruo-quinceeme cuando su "creador" no sólo incumplió sus promesas, sino que además trató de eliminarle impunemente de la haz de la tierra. Olvidan que la venganza del "monstruo" no es más que una venganza justa, una forma de justicia poética y que, en realidad, no es más que defensa propia. Gonzalo Suárez, por cierto, abundó a su manera en el asunto del monstruo y los monstruos frankensteinianos y dirigió magistralmente una visión peculiar de la obra de Mary Shelley en "Remando al viento". Deberían verla todos esos ignorantes filateros. Léanse el libro; léanse detenidamente las reflexiones y los argumentos del "monstruo" y tal vez -si son honestos consigo mismos- reconozcan que el malo de la peli no es la creadura de Frankenstein, sino el propio Frankenstein por mucho que se pretenda relevarle de su despropósito. En todo caso, estoy convencido de que lo que venga de esa hipotética coalición de gobierno de la izquierda y los nacionalistas no puede ser nunca peor que lo que llevamos padeciendo desde 1.982.
Puede que un gobierno de la "izquierda" y los nacionalistas sea monstruoso y antinatural; pero, olvidan -acaso no lo sepan: tal es su ignorancia- que al engendro "Frankenstein" (el monstruo carece de nombre en realidad) lo creó la locura de quien se creyó dios; de quien se pensó a sí mismo como todopoderoso, invulnerable, inmune, intocable; por quien pretendió estar por encima del bien y del mal: ¡como ellos! Olvidan que el catacrético monstruo no era tal, que se convirtió en monstruo-quinceeme cuando su "creador" no sólo incumplió sus promesas, sino que además trató de eliminarle impunemente de la haz de la tierra. Olvidan que la venganza del "monstruo" no es más que una venganza justa, una forma de justicia poética y que, en realidad, no es más que defensa propia. Gonzalo Suárez, por cierto, abundó a su manera en el asunto del monstruo y los monstruos frankensteinianos y dirigió magistralmente una visión peculiar de la obra de Mary Shelley en "Remando al viento". Deberían verla todos esos ignorantes filateros. Léanse el libro; léanse detenidamente las reflexiones y los argumentos del "monstruo" y tal vez -si son honestos consigo mismos- reconozcan que el malo de la peli no es la creadura de Frankenstein, sino el propio Frankenstein por mucho que se pretenda relevarle de su despropósito. En todo caso, estoy convencido de que lo que venga de esa hipotética coalición de gobierno de la izquierda y los nacionalistas no puede ser nunca peor que lo que llevamos padeciendo desde 1.982.
ANTES DE VOTAR...
...HAY QUE CONJUGAR ALGUNOS VERBOS
Son muchos, e interesados, los que aseguran que España es el hazmerreír del mundo por tripitir las elecciones. Por poca cosa se "avergüenza" este mundo con lo que él tiene encima, y por poca cosa (de los demás) se ríe dicho mundo antes de mirarse a su ombligo lleno de pelusas estremecedoras.
Con todo, que los señores habitantes de nuestra ciénaga política hablen de vergüenza con el cuajo y la jeta que le echan ellos y los ridículos que nos regalan cada seis (dos por tres) es un insulto a la inteligencia, a la poca que nos queda. A esto hay que añadir la lectura entre líneas. Cuando aluden al bochorno de una tercera ronda de votaciones están achacándolo, solapadamente, a la irresponsabilidad de la ciudadanía que no ha votado lo que tenía que votar (pero, ¡coño: a quién se le ocurre? ¡Mira que no votarnos a los de siempre!) y ha dispersado el resultado: la culpa no es de los políticos, sino de los electores.
Cada uno, como es natural -otra cosa es que sea honesto, lógico o racional-, cuenta la feria como quiere e interpreta según le convenga. Así nos encontramos con peculiares exégesis del tinglado farsario mientras desaparecen otras lecturas más adecuadas a la escena contemplada. Por ejemplo las del PP. Cantinelas tradicionales pepeítas aparte, tenemos la del "los otros no respetan la voluntad del pueblo cuando somos nosotros el partido más votado, y si los ciudadanos nos han vuelto a votar más que a los demás será por algo". Con esto se atribuyen la legimitad (falsa) y distraen del dato más notable y evidente: el PP tuvo mayoría absoluta, una mayoría absoluta que no renovó; luego, algo mal hubo de hacer cuando sus forofos dejaron de votarle tan "mayoritariamente". Este factor es importante porque son estos mismos pepítas quienes restriegan por las fauces a los de Podemos la merma de un millón de votos y la argumentan con ese mismo "por algo será" que ellos no se aplican.
La disminución de votos a los dos grandes partidos se imputa de inmediato al desafecto, a la indignación, al hastío... Y algo de eso habrá, seguro. Sin embargo, tal vez -y sólo lo sugiero- debería ser asignada también a que una parte importante de la sociedad ha empezado a madurar políticamente y a perder el miedo a la oligarquía dominante. Digamos que esa parte de la sociedad se rebela contra la "censura" instaurada y empieza a conjugar por sí misma. Al hacerlo se encuentra con que algunos verbos atroces carecen no sólo de sus formas de pasado y mantienen un presente perpetuo con intención de futuro, sino que adolecen para más inri de remordimiento, de propósito de enmienda y de acto de atrición para con la ciudadanía. Es un lacerante presente continuo, un presente bucle: Robar, malversar, mentir, manipular, recortar, dilapidar, y un montón de verbos más de estas índoles conjugados únicamente en presente.
No obstante, los universos para lelos de nuestros próceres tendrán que coincidir algún día, inevitablemente, con la realidad palmaria en la que nos desenvolvemos el resto de mortales infectados de vida. Es difícil predecir un cuándo preciso; pero, sucederá. Los universos chocarán provocando quién sabe qué desastre o qué nuevo fantástico paisaje con nuevos lenguajes, nuevas perspectivas y una nueva y mucho más amplia conjugación de verbos.
Pronto habrá nuevas elecciones y en el PP ya están cantando victoria. Es la euforia positivista; eso del "piensa en positivo y todo el cosmos se conjurará a tu favor". Yo, en su lugar, sería más cauto -y más humilde-. Cualquier pronóstico es arriesgado. Pueden empezar a sonar sus carracas triunfales hasta el empacho; pero, yo les recomendaría un análisis más sereno y cabal porque si hacemos caso de ciertos indicadores sociales es bastante probable, y acaso posible, que ese ascenso de que alardean y que creen consagrado, que esos peldaños que dicen estar subiendo de forma gradual no sean otros que los de su más que merecido cadalso.
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