15/10/2010

¡TRABAJAD MÁS, MÁS, MÁS..!

Yo no sé de dónde saca Díaz Ferrán el aplomo (sea jeta en romance llano) para exigir que se trabaje más  y se gane menos -aún- porque, según él y su piara de afines, se trabaja poco y se gana mucho. A él no le costará demasiado esfuerzo (trabajo) sentarse doce o catorce horas diarias tras su mesa a arruinar empresas y quedarse tan pancho.
Desde hace (al menos) un par de años, y gracias a la pésima gestión de este hatajo de "fistros" socialistas -por decir algo- y la anuencia tácita de los peperos, una parte del inmenso debate en el que estamos sumidos se ha centrado en la edad de jubilación y en la productividad, en el rendimiento de los trabajadores españoles que nunca es suficiente. No voy a redundar (léase la entrada antigua correspondiente) en las dudosas cualidades interpretativas de quienes manejan, interesados, las estadísticas. Me voy a limitar a apuntar un par de cosas (o tres) sobre la jubilación y sobre el trabajo-trabajadores.
Es falso, cuando se pretende aumentar el techo jubilar, que establecida la comparación con el resto de países europeos, España goce del privilegio de ser el lugar dónde antes se cesa en el trabajo. La edad en toda la "unión" es uniforme con algunas tendencias a la baja: la edad más común son los sesenta y cinco años, salvo Francia, Suecia y algunos más donde es inferior.
Con esto han tratado de trasladar la responsabilidad del derroche y el naufragio a los trabajadores. ¿No se trabajaba lo mismo en época de Aznar y los resultados fueron bonanza económica, crédito internacional y desarrollo? Luego, el razonamiento de gobierno y aledaños, en sí mismo, ya es una excusa tramposa. Más si tenemos en cuenta que este gobierno, estadísticamente, lo tenía todo a favor. Recordemos que España es el único país de Europa donde la peculiaridad de la crisis -ahondada por este gobierno giróvago- consiste en culpar a los demás y financiar a aquellos a quienes se acusa de causarla.
Sobre la productividad comparada también hay mucho qué decir. Sobre todo cuando en el análisis hay factores y variables que se ocultan ladinamente con el fin exclusivo de engañar y que todo trabajador (y el empresario, por supuesto) conoce: aquí una persona hace lo que en otros países, en el mismo, idéntico sistema, cadena, etc.., hacen tres. Y eso es demostrable. Si alongamos la cuestión a "eficiencias", gestiones y horarios laborales, rentas por trabajo, etc.., entonces nos encontraremos con datos estremecedores y en los que salimos, con diferencia, perdiendo. En España el trabajador trabaja y el empresario -perdón por la generalización- se enriquece y echa al trabajador a la puta calle en connivencia vergonzosa y abominable con los sindicatos y sus gerifaltes.
Que Díaz Ferrán venga a dar lecciones de no sé qué, no se si es para reír o para pedir, directamente y sin pasar por la casilla de salida, el pasaporte siciliano: total, mafia allí, mafia aquí; pero, por lo menos, te queda claro.
Es difícil esquematizar, sintetizar en pocas frases la gran mentira a la que nos tienen subyugados. Claro que, a buen entendedor...

...

"Cuando te rompas -le dijo-, y te romperás, no habrá nadie a tu lado para recoger las esquirlas. Entonces cada segundo del resto de tu vida contendrá todo el dolor del mundo. Sin paliativos, sin expiación posible, quizás comprendas..."
La mirada de odio, en otro tiempo, hubiera podido horadarle. Ahora resbalaba por aquella nueva superficie impermeable al rencor.
Cogió a sus pasajeros y sin más demora, sin mirar siquiera de reojo a la arrogante figura posada como un impasible centinela bajo el soportal, partió.
En su cabeza, en su corazón, quizás en su estómago, revoloteaba una intuición imprecisa, sin forma definida. Nada inquietante. Era como si del rescoldo de aquel augurio algo cobrara entidad para hacer cumplir un designio inexorable. No pudo identificar las imágenes residuales que cruzaron rasantes su cabeza.
Pocas veces, anteriormente, había sido capaz de inmiscuirse en el hermético entramado de las profecías. Era cierto, sin embargo, que en las contadas ocasiones en que lo hizo, sus palabras se cumplieron con estremecedora exactitud. Peor era cuando sólo lo pensaba. Súbitamente aparecía la imagen de una persona y la frase. Luego, al poco tiempo, veía cómo aquel pensamiento se materializaba.
Miró por el espejo retrovisor. Los dos pasajeros disputaban por qué sería lo primero que harían en cuanto llegaran a su destino. Sonrió e impuso la paz ofreciendo una alternativa suculenta.
Aquella misma tarde recibió la primera llamada. Nadie respondía al otro lado del teléfono. Sólo se oía el rumor apagado, asmático, de alguien intentando hablar a través de las lágrimas. Esperó unos segundos, lo que dura ese instante de desconcierto, de incertidumbre, y colgó. Volvió a sus juegos, a degustar las presencias unánimes.
Sólo cuando el silencio de la noche fue rotundo se atrevió a susurrar: "Se ha roto". Dió media vuelta y se quedó dormido.

14/10/2010

Aunque sean de cemento...

Hace años escribí para una revistilla infame, muerta apenas alumbrada, un triste elogio de la mentira. Alababa -si es que tal verbo cuadra- la mentira por lo que en su gestación y asomo hay (o debe haber) de inteligencia.
No le negaba, ni aun hoy, al "buen mentiroso" el talento y el ingenio que hacen posible una falacia bien urdida y con visos de pasar impune a la posteridad. Frente a la trola zafia, mal improvisada y detectada de inmediato, está por oposición esa falacia que falsificando una realidad determinante nos hace dudar.
Encomié, sí, pues, un tipo muy concreto de patraña que por su elaboración tendía a perdurar, a asentarse con vocación de verdad irrebatible y contundente. Lo que no hice, quizás porque la ley de las compensaciones, la justicia poética o la equilibrada casualidad no lo permiten en ese humano "antes o después", es avisar de que una cosa es la inclinación superviviente de la mentira y otra muy distinta que lo consiga por perfecta que aquella sea.
No creo que la mentira en sí misma sea mala. Estoy convencido de que depende del grado en que afecte, del daño que haga. Y aun así puede que también esté ligeramente supeditada a la intención perjudicial que se le aplique.
Sin embargo, celebrar la mentira como recurso intelectual, como ejercicio mental, no significa defender su uso; al menos no su uso dañino. Igual que estoy convencido de todo lo anterior, también lo estoy -y no me parece contradictorio- de que las mentiras emiten su sentencia en el mismo instante en que son proyectadas.
El tiempo es un ejecutor terrible y severo y lo que permite en otros aspectos, no lo permite con la mentira. La mentira, aunque sea de cemento, siempre flota. Siempre flota y, casi siempre, arrastra al mentiroso a un abismo del que no podrá salir. Ese momento llega; se podrá sortear con mayor o menor tino y fortuna el remolino que acecha, pero siempre termina engullendo al falsario y condenándole a una pena muy superior a la que puede soportar. En este sentido, puede que la vida no sea tan injusta como creemos.

06/10/2010

Los leones heridos

¿Qué convierte a un ser humano en fiera?
La violencia no es justificable; pero, en ocasiones, sí es comprensible.
Sé que muchos se escandalizarán ante esta afirmación. Sin embargo, creo que pocas veces he emitido un juicio o una opinión tan cierta y atinada porque el hecho de que sea comprensible no justifica la violencia en ninguno de sus aspectos, como el hecho de ser injustificable no implica que cerremos los ojos y no veamos más allá de lo que los medios de comunicación, o el afecto o la proximidad nos ponen delante.
Instintivamente achacamos la culpabilidad al agresor definitivo, al más contundente. Lo hacemos por conmiseración a la víctima, por empatía con quien nos parece más débil y perjudicado. Y vio Dios que eso era bueno. No obstante, en muchos de los casos, si profundizáramos en todos los acontecimientos y circunstancias que han confluido en el estado anímico de una persona que toma, quizás desesperadamente, la decisión más terrible de su vida, veríamos que en la violencia ejecutada no sólo hay un alto grado de liberación y alivio por los que merece la pena sucumbir, sino un componente de justicia que analizado generaría muchas dudas sobre si el violento no actuó en defensa propia.
Sistemáticamente se demoniza a asesinos, agresores y demás ralea sin preguntarse qué les llevó a cometer el hecho luctuoso.
Repito que la violencia no es justificable. Me limito, o lo intento, a constatar que no siempre los violentos actúan movidos por el salvajsimo, sino por el dolor; que no siempre les alienta la venganza, sino la necesidad de justicia y de apaciguar, de consolar, de sosegar un alma torturada por la persona dañada en última instancia.
La facilidad de aparecer como víctima y aceptarlo sin más requerimientos nos ha llevado a allanar las sospechas y a acusar, directamente, al victimario sin más.
Pues, hemos de ser conscientes -sé lo que acarrea ser abogado del diablo- de que en muchos de los casos de violencia doméstica la culpable del desenlace es la persona segada; que en muchos de los casos de violencia callejera los culpables son el hastío social, la hipocresía e indolencia política o el maniqueísmo cultural; que en muchos casos de cualquier violencia hay que buscar el detonante, resumiendo, y no conformarse con disparar el índice y lavarse las manos acusando al actor.
La impotencia, el hartazgo, el sufrimiento y la desesperación son poderosos motores que pueden espolear a cualquiera, A CUALQUIERA (hace poco fue un profesor de filosofía, un poco más allá un médico...), a buscar una salida, a resolver de manera expeditiva y expedita el asunto que no le deja vivir, a quitarse de en medio a la persona o personas que le están haciendo la vida imposible y le están volcando poco a poco en la locura.
A veces, el violento, lo que hace es defenderse del tirano, de quien le está sometiendo a una situación infame. Pero, eso, claro, no queremos ni plantearlo. Lo más cómodo es juzgar sin conocimiento de causa.
Quien cometa un delito debe pagar. Eso no significa que sea justo porque es posible que lo que le haya determinado a matar, por ejemplo, sea, precisamente, el soportar constantemente una injusticia legal. Y no digo en todos los casos; lo que digo es que cada persona es un mundo y cada mundo tiene muchos matices y circunstancias influyentes.
Creo que fue Guillén de Castro quien planteó la pregunta "¿Es lícito matar al tirano?" Instantáneamente diremos que no porque matar nos equipararía con él, equivaldría a usar su tiranía. Pero, esa respuesta, todos lo sabemos, no es más "buenismo políticamente correcto". Todos sabemos que la respuesta es "quizás no sea lícito; pero sí es justo" e intuimos la razón: ¿es más lícito soportar la tiranía?
Todo ser humano tiene derecho a defenderse, incluso de esa violencia que no se ve, de esa violencia sutil y difícil de demostrar que alguien, quizás un iluminado o un afectado, llamó "violencia psicológica".
Termino con una cita de Cervantes y un verso de Campoamor:

-No es oro todo lo que reluce.

-En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.

Porque sí... y tan pancho

En esta vida algunos estamos porque tiene que haber de todo. Los dioses crueles nos colocaron aquí sin un propósito concreto o para desarrollar insignificantes misiones: sufrir estoicamente el daño de los otros, estorbar a la salida del cine, arreglar países desde la barra de un bar, vocear goles a pleno pulmón...
En ese amplio conjunto de bazar también quedan incluidos aquellos que, sin ton ni son, no pueden evitar infligir sufrimiento al prójimo, zancadillearle, joderle porque sí.
Yo, de este último subconjunto, conozco a varias personas, aunque tal calificación sea excesiva.
Una conmovedora y excitante tentación me inclina a decir sus nombres; pero no lo haré. Al menos no de forma directa.
Podría elaborar un juego, un enigma, una charada simple para, desde ahí, solapar sus gracias y dejar que el ingenio de cada uno trate de desvelar el jeroglífico. Probaré con uno de esos elementos. A ver qué sale.

Empezaría diciendo que su aliento inferior oscila entre la halitosis y el triste aroma de la espuma. Lleva en su sangre escamas de Jezabel y la sombra segura de la profecía. Invierte la palabra, reina en la tiranía de un caos cómodo. Zurrapas alumbran su lienzo interior, siniestros palomos esparcidos sobre el suelo soberano. Al mar y al diablo su encomienda hizo y teñida su piel de infame gala, desbordó su pasión en un solo sentido. Busca la lengua lisonjera y el halago del papel extenso en ceros. Escribe en dos polos su vida paralela y arriesga, por sí, la de los otros. Todo es farsa, escaparte y cosmético, postizos impostores, trucos que al caer dejan en cueros un perfil de piel compleja. Habita en la obsesión de evitar una infame y antigua frustración y la última pista es que de no haber sido puta le hubiese gustado ser mujer.

Yo sé que alguno, quizás más avisado o avezado, dará con la clave. Vaya mi enhorabena por delante.

04/10/2010

Y, hablando de Quevedo...

Al ser más repugnante que he conocido en mi vida.
No podrás, por más que al infierno apeles,
estorbar la memoria de mis hilos.
Ni podrá el corte fiero de tus filos
segar mi nombre de sus pechos fieles.

Disparar podrás tus pálpitos crueles
y cebar con regalos tus engaños;
pero, sábete, ruin, que de esos daños
cuanto más es tu encono, menos dueles.

Es a ti a quien reserva el cielo adusto
su rayo inevitable y justiciero
y mortaja será, sea o no tu gusto,

el mal que sembraste en tu triste andanza.
Si no hay Dios si habrá un ángel poderoso
que cobre, diligente, su venganza.

01/10/2010

Entre la blanca y la roja, su majestad escoja...

Francisco Quevedo
Si algo bueno tienen las épocas de censura y de mordaza es que obligan a desarrollar el ingenio. Fintar el rigor de los tarados que detentan el poder, que lo sustentan gracias a la demagogia o que lo ostentan por mor de siniestros poderes silenciosos, se convierte en un arte necesario.
Esquivar a los intocables de invertida fortuna, o a los de áurea coronilla y cianosis sanguínea, o a los perversos impostores de enjundia puñetera, o a los rebaños de pares y lamentos, puede ser una hazaña de mérito notable y con derecho a quedar registrada si no en sus anales, sí en los de la Historia.
Y lo importante es eso; lo emocionante -por excitante y arriesgado- es perder el miedo (no la precaución)  y  con dulces palabras afiladas, si es posible, hacer que depongan incluso el poder.
Que una vicepresidenta, por ejemplo, más que hablar escupe y más que escupir esputa : leña. Que el presidente no es un Pericles admirable y carismático adonis trigueño sino un machaca  broncíneo del jefe del infierno: leña. Que si, mío, colorado tira, no afloja y miente más que parla vacía: leña. Y así, uno por uno, sucesivamente.
Soy consciente de que para eludir sus tentáculos censorios hay que tener talento. Yo no lo tengo. Mi ingenio, bastante primario, carece de las cualidades precisas. Pero, animo a todos aquellos que tengan la capacidad a que lo hagan porque, por lo menos, así puede ser posible que todos desarrollemos un poco más nuestras precarias inteligencias y visitemos menos a la Esteban y más a Quevedo.

27/09/2010

YO TAMBIÉN CORRÍ DELANTE DE LOS "GRISES"

Ayer vi un reportaje (una redifusión) en la que maricas, maricones, homosexulaes, "gays" (cómo odio esa palabreja), transexuales, travestidos, travestidas, bebidas con gas y carracas de portalillo pedían -como no puede ser de otra forma- la recuperación de su dignidad, el reconocimiento de su entidad y, de paso, la reparación de los duelos y quebrantos sufridos durante la dictadura a base de fresca moneda.
En España, la restauración del honor y la devolución a la vida activa del orgullo y el crédito, el pago a las vejaciones sufridas siempre pasa por la liquidación del finiquito en caja.
Cada colectivo afectado tiene derecho -nobleza obliga- a ver reconstruida esa parte de su natural derribada por la intolerancia. Cada ser víctima de los rigurosos desmanes del franquismo (o de los otros, que también las liaban pardas) tiene derecho a ser satisfecha por todo lo que se le negó o usurpó. Sin embargo, creo que el medio de restituir lo expoliado no ha de pasar necesariamente por recibir pastizarra -que siempre viene bien-.
Aquí, salvo los afectos al régimen, excepto los franquistas de pro (o sea: los papases y mamasas de grande parte de los gobernantes actuales, Zetapé incluido) todo el personal las pasó entre canutas y las de Caín.
Olvidamos con frecuencia que la represión fue para casi todos y que se ejercía de muchas y variadas maneras. Olvidamos, por ejemplo, cómo hijos de republicanos ajenos a toda actividad política y sólo por el hecho de ser eso, familiares, sufrían visitas habitualmente, una vigilancia exhaustiva e intolerables represalias sin motivo alguno. Casi nadie estaba a salvo. Según la lógica (harto demagógica de estos zotes que nos gobiernan porque nosotros el pueblo, más agilipollado que soberano, así lo hemos decidido) de estos mancebos de triste putanar arrabalero, toda esta gente debería recibir idéntica percepción.
La tarea más ímproba y ardua sería, claro, demostrar aquellos abusos. Más cuando en este país, tras la muerte del infausto dictador, al parecer, todos hubieron corrido en los perversos sanfermines grises.
Yo también corrí. ¡Ya lo creo que corrí! Pero tuve la fortuna de hacerlo más que la pareja persecutoria. No obstante, no pediré indemnización. Primero porque escapé y segundo porque no vaya a ser que a cuenta de la única piedra que tiro contra el reverbero de una farola y atino, lo que me dieran me lo quitaran, luego, para pagar los daños causados al mobiliario urbano.
Recuerdo, no sé si con precisión, unos versos del Calderón:
Al rey la bolsa y la vida
se han de dar;
pero, el honor
es patrimonio del alma
y el alma sólo es de Dios.
Y es que quien quiera dinero para reparar su honor mancillado, poco honor tiene. Más cuando, como en el reportaje en cuestión, hay algunos que flamean el derecho a resarcimiento falsamente ya que, por edad, no pudieron haber vivido los horrores del torvo Paco.

26/09/2010

Huelga viene de holgar

Lo dije hace tiempo y me reafirmo: la huelga que se avecina es una afilada azagaya.
Si los sindicalistas ven satisfechos sus objetivos, la interpretación será: los trabajadores nos han apoyado mayoritariamente (incluidos aquellos que hicieron huelga involuntariamente); luego, los trabajadores -y la sociedad- confirman nuestra política.
Si la huelga resulta un fracaso, los sindicatos lo atribuirán al miedo a represalias y el gobierno validará el resultado con un razonamiento descarado: la mayoría social secunda y refuerza las medidas del gabinete.
En cualquiera de ambos casos, se vaya o no, mal. Mal porque pase lo que pase, seguirá sin reconocerse por ninguna de las partes (gobierno y sindicatos) una realidad que los dos maquillarán dejando de lado, por supuesto, que la huelga no va a cambiar las "medidas" gubernamentales (o sea: un día de productividad perdido inútilmente) y que para presionar al ejecutivo no basta con un día de ocio.
Algunas personas han adelantado que la huelga es una pantomima acordada entre las dos facciones de sinvergüenzas que manejan el tingladillo. ¡Pues claro! El cotarro sigue aumentando y nadie de los que tienen entidad y potestad para para evitarlo ha movido un dedo, ni un músculo. En el Congreso se discute; pero no se hace nada. La oposición indolente, en vez de acudir a todos los resortes de la ley para parar este dislate, se limita a lanzar frasecitas lapidarias y a atascar, con una locuacidad admirable, la oquedad cerebral de los miembros y miembras ejecutores y ejecutoras de este farragoso tenderete ministerial. Pero, me he ido del hilo argumental del párrafo. ¿Están conchavados gobierno y sindicatos? Evidentemente. El señor (la deferencia es irónica) Rodríguez Zapatero no va a variar un a pizca su empecinada posición. Los esbirros Méndez y Toxo (el Fernández lo omito por un acceso de vergüenza) lo saben y no lo cuestionan; sin embargo tienen que salvar la cara por la complacencia salvaje que han mostrado hasta ahora y que, descubierta, ya no pueden mantener sin sufrir algún que otro revés.
Ni los sindicatos son representativos de todos los trabajadores (además son una minoría puesto que los más de los "obreros" no están sindicados ni votan a esas opciones) ni los "culturistas" encarna a todos los que están vinculados a la cultura. Han tardado los actuadores y musicantes en saltar a la palestra. Otro paripé. Sus subveciones están garantizadas, se lo aseguro. Porque con este gobierno todo tiene trampa, incluso lo de la subida del tramo del I.R.P.F. Piénsese que en ese tramo quedan afectados grande parte de los "suyos", del P.S.O.E., afines y periferia.
Una huelga, reincido, no es un útil testimonial. Si no consigue un objetivo claro, es inútil y, por lo mismo, sobra.
Aunque la noche (gracias Eva) me ha confundido un poco, no quiero dejar con cabeza a un títere chabacano. Aleix Vidal-Quadras en un acto heróico de defensa a los cientoveintemileuristas, afirmó anteayer que ese segmento socio-laboral era el motor, el corazón y el alma de la economía, que ese conjunto estaba ahí por su denuedo, esfuerzo, abnegación, dedicación y valía (eso no te lo crees ni tú). Y ahora, estos capullos de la empuñada rosa, les van a restar de sus rentas por trabajo la mitad o más.
A ver, tío Alejo, ¿tú eres gilipollas o te lo haces? ¿Crees que un minero baja al pozo a tocarse los güevos? ¿Crees imbécil que es fácil subirse al andamio, soportar a un cretino enjefado por el nepotismo o por la coba, servir cafés durante doce horas o ser puta en la esquina más fría de un polígono? El verdadero soporte de la economía de un país es el "currito" que se deja las uñas y el alma cada día para no llegar nunca a fin de mes. El inversor es necesario, sí; el que alguien corra los riesgos es preciso, sí; pero, el dinero que se arriesga se protege con trabajo, macho, con el trabajo de otro: ése que siempre está sujeto al rigor de una producción cada vez más elevada y extenuante. Y, con esto, basta. No perderé un segundo más contigo.

25/09/2010

¡NO LEAS ESTO!

Hace poco, tomando una caña, me recordaba José Peñalver la precocidad con que desarrollé -la modestia sobra- algunas teorías filosóficas y físicas que luego vieron la luz de la mano de personajes cualificados. Fue en aquel tiempo remoto ya en que yo era inteligente, mal estudiante y lector compulsivo de libros: "¡Joder, si te lees hasta el prospecto del champú!", solía decirme alguien.
Ahora todo es distinto; el tiempo no ha limado mi inquietud, pero, sí ha mermado (notablemente) mi capacidad. El tiempo y el peso insoportable de los sueños que día tras día fueron socavando mi realidad hasta convertirla en un acontecimiento testimonial.
Hoy, cuando nada tiene solución, cuando sé que los milagros no existen y aún así me aferro a la triste posibilidad del engaño y la esperanza, veo cómo un hombre puede desperdiciar su vida, dilapidarla por omisión, por inacción.
Somos mayoría los seres acomodados en esa trinchera de indolencia desde la que nos limitamos a ver pasar nuestras existencias; sin metas, sin ambiciones que nos arranquen de la fácil pantalla del televisor y nos hagan tomar partido activo. Somos mayoría los que nos conformamos -y aun lo estimulamos con nuestra desidia contumaz- con que otros sean quienes nos den todo bien moleado y bien hecho.
Así hemos reducido a la mínima expresión, a una insignificante pizca, nuestra capacidad crítica, nuestro criterio, nuestra capacidad de pensamiento y de juicio. Nos hemos ubicado en un confortable espacio sin diagnósticos ni dudas que zarandeen ese aspecto analítico que nos diferenció de las otras fieras. "Lo que diga la rubia" es "lo que va a misa", sin más razonamiento.
Llevo desde la seis y pico de la madrugada leyendo comentarios en la prensa cibernética. Es admirable. La "prensa digital" se ha convertido en un panteón de reflexiones absurdas, manipuladas hasta el fanatismo más abominable; de pensamientos dominados por la sequía intelectual y la mezquindad.
Vuelvo entonces a mis dolores, y tras un rápido repaso a mi entorno, comprendo que mi estado es fruto del desencanto, del desánimo, de la decepción. Mis ataduras prodecen de la incomprensión de un mundo cuyas actitudes he revocado por absurdas. La inteligencia de aquel león que vio por primera vez un coche hasta el de hoy que convive -más o menos- con él poco ha evolucionado; sin embargo,¿la nuestra, la de los hombres y hombras, cuánto lo ha hecho?
Vivimos subyugados por una curiosidad morbosa, nada pánfila, y dedicados exclusivamente a la malicia de conocer las perversiones de los otros, a comparar nuestras miserias con las del prójimo, a codiciar desasosegadamente la caída de nuestro vecino para saltar por encima de él. Vivimos arropados en la estulticia, el egoísmo, la traición, la intriga... como hace miles de años. Necesitamos placeres instantáneos, inmediatos, que nos desconecten de una verdad facultada por nuestra propia quietud. No queremos cambiar el mundo que merodea entorno a nosotros, queremos que otros nos lo cambien mientras esperamos matando la impaciencia en la barra del bar o tirados en el sofá. Anulamos el estímulo y la iniciativa: "¡Que inventen y se equivoquen ellos!".
No; no comprendo el mundo ni a sus mundícolas. No comprendo el dolor que nos infligimos, la desazón con que los dioses imperturbables nos riegan cada jornada sin el más leve remordimiento, sin el menor propósito de enmienda.
Quizás esperaba más de todo este viejo tinglado o quizás, simplemente, sea un inadaptado, alguien que no encaja y que por eso sufre, porque aún le quedan escrúpulos y un ápice de dignidad.
La vida es injusta. Pero, ¿cómo hacer comprender que "La Esteban" es una artimaña, sus adláteres alimañas ávidas de carroña, que Rodríguez Zapatero es un impostor, que el islamismo es un peligro, que los sindicatos con su estructura actual sobran, que la recua de insolventes afines a la ceja, con su laíca simonía, es la quintaesencia de la hipocresía, que la tribu rajoyista no es más que el interés particular, que en esta baraja faltan ases y sobran reyes, que..?
He perdido la fe, la esperanza y la caridad.
Hace años, cuando daba limosna (cuando podía darla) y alguien trataba de corregir mi acto afirmando que el recptor de la exigua dádiva se lo gastaría en vino, yo respondía: "Me parace lo más acertado; así, en lo que dure la borrachera, se olvida de la que tiene encima". Ahora, miro de soslayo, paso de largo y pienso: "Hoy, esa borrachera yo la necesito más que tú".

24/09/2010

PO'LA GLORIA DE MI MARE

Cuando don Antonio escribió aquello de "España de charanga y pandereta..." no imaginó, a buen seguro, hasta qué punto en una de las dos Españas el certero verso iba a cundir.
Al parecer, se hacen lenguas de que si "la Belén Esteban" se presentara a las próximas elecciones generales, obtendría un resultado escalofriante. El tercer puesto del podio electoral, nada menos, aseguran los soflamistas telecinqueros que obtendría la tal fulana. El sondeo, evidentemente, tiene un cariz discutible y, sin duda, alejado de "la verdadera realidad". Sin embargo, lo estremecedor, lo que de verdad me conmueve y agita las entrañas, es el grado de manipulación al que se ha llegado, sus resultados -sean de bromas o de veras- y la ignorancia campante en este país.
Una cosa es que el "Chiquilicuatre" (gracias a la legión de tontos que pululan por ahí) nos humille en un festival estúpido y superfluo, y otra bien distinta es que Menganita Pormijamato se presente en la sede de la soberanía popular a hacer poco más que lucir su horrendo palmito o a obligar a sus señorías a que se coman el pollo.
La Esteban esta es un producto publicitario bien elaborado y bien vendido -nos ha jodido, así cualquiera: con toda una cadena de vatertelevisión a sus pies ya se puede-. Es una marioneta manejada con una precisión asombrosa. De nena despechada ha pasado a ser ídolo chabacano pero muy rentable. A esta tipa la han encumbrado oscuros intereses a la cima del cutrelux apto y recomendado para marujas ignorantes.
Defiendo, como no puede ser de otra manera, el derecho y la obligación de todo ciudadano a participar en la actividad política sin límites por su condición, situación, religión, educación, sexo o cualquiera otra peculiaridad. Pero no es de recibo que se haga befa descarnada de la política con "propuestas" obscenas (cual es esta) por mucho que nuestros políticos hayan convertido nuestro sistema en un auténtico circo y en la cueva de Alí Babá.
Broma es y como broma, burda, zafia, lo tomo. Incluso recomiendo a los patéticos habitantes de la cinco que vayan más allá y fichen para el ficticio equipo ministerial de la Mengana en cuestión a Chiquito de la Calzada, a Flo, a Carmen de Mairena, a Pozí, a Wyoming y todas esas cuentas extraviadas del rosario del sentido común. Pero dejándolo ahí, en la broma, en la hipótesis pseudograciosa, en la anécdota creceaudiencias porque si "el sondeo" fuera cierto, si tuviese base sólida, apañados estamos. Y, además, ¿para qué quieren que la colega esa acceda al poder si un gobierno como el que ella haría ya lo tenemos?

28/08/2010

Amos y perros

No hace falta ser muy avispado para notar que una mascota es el reflejo de los gustos y la personalidad de su dueño. Y aunque esta evidencia y perogrullada parece superflua, no lo es en absoluto.
Dime que mascota tienes, y te diré cómo eres.
Un camaleón, probablemente, especula un tipo lento, algo abúlico, que trata de confundirse con el entorno y de pasar desapercibido: un tipo con inclinación al anonimato.
De la misma manera, un perro de presa fomenta la idea de un personaje agresivo y, no es ninguna contradicción, cobarde.
Ayer informaron sobre otro ataque de uno de estos perros catalogados como peligrosos; perros que atacan y laceran terriblemente por más que un grupo de imbéciles les niegue su condición -nada fortuita- de violentos.
Lo que queda claro es que no son canes de compañía, ni aptos para una convivencia "normal"; que son un riesgo innecesario. No voy a entrar a desarrollar la naturaleza y el comportamiento de estos brutos ni sus reacciones frente a la gente, sobre todo cuando se cruzan con alguien a quien "le huelen el miedo".
Lo que voy a exponer es la conducta de sus amos y la de permisividad de quienes deben velar por el cumplimiento de las normas y los reglamentos.
Todos nos hemos cruzado en infinidad de ocasiones con perros y dueños de este calado y todos hemos presenciado algún que otro incidente. Los amos sujetan a sus esbirros como pueden mientras los animales, incitados por su natural esencia, se empeñan en comerse a alguien o a otro animal. Los dueños, incumpliendo la normativa, los llevan sin bozal o los tienen en sus casas exentos de las medidas de seguridad a que la ley les obliga.
Mucho más deplorable es la ausencia de oficio de los agentes que a diario se cruzan con ellos cientos de veces y lo pasan por alto sin ejercer la potestad por la que se los paga, y muy generosamente.

RESUMEN DEL RÉGIMEN JURÍDICO DE TENENCIA DE ANIMALES POTENCIALMENTE PELIGROSOS.
(REAL DECRETO 287/2002 DEL 22 DE MARZO DE 2002, QUE DESARROLLA LA LEY 50/1999 DE 23 DE DICIEMBRE)
Normativa de tenencia de animales potencialmente peligrosos. Este Real Decreto entró en vigor el 27 de Marzo de 2002 y desarrolla cómo se ha de cumplir la ley 50/1999 sobre tenencia de animales potencialmente peligrosos. Resumen de lo más importante:

Perros potencialmente peligrosos.
1º Los que pertenecen a las siguientes razas y sus cruces: PIT BULL TERRIER, STAFFORDSHIRE BULL TERRIER, AMERICAN STAFFORDSHIRE TERRIER, ROTTWEILER, DOGO ARGENTINO, FILA BRASILEIRO, TOSA INU Y AKITA INU.
2º Todos los perros que NO pertenezcan a las razas anteriores pero sí cumplan todas o la mayoría de las siguientes características:
Fuerte musculatura,aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia. Marcado carácter y gran valor. Perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 cm, altura a la cruz entre 50 y 70 cm y peso superior a 20 Kg. Cabeza voluminosa,cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas. Mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda.Cuello ancho, musculoso y corto. Pecho macizo, ancho grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto. Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades relativamente largas formando un ángulo moderado.
3º Todos aquellos animales que hayan protagonizado ataques a animales o personas con anterioridad o que muestren un carácter marcadamente agresivo. Siendo certificada tal condición por un veterinario autorizado por la autoridad competente.

Condiciones o requisitos para poseer perros potencialmente peligrosos.
Se necesita obtener una LICENCIA ADMINISTRATIVA, otorgada por la autoridad municipal o estatal y cumplir los siguientes requisitos:
Ser mayor de edad.
No presentar antecedentes penales con respecto a algunos supuestos como delitos contra la propiedad, la moral, la libertad sexual, homicidio... Se debe ajuntar un certificado del Registro de Antecedentes Penales y una declaración jurada de no haber sido sancionado por la presente Ley.
Disponer de capacidad física y psicológica para poseer uno de estos animales.
Acreditación de haber suscrito un seguro de RESPONSABILIDAD CIVIL por daños a terceros por valor de 120.000 €.

Una vez obtenidala LICENCIA PARA TENER PERROS POTENCIALMENTE PELIGROSOS, esta deberá renovarse cada 5 años. Se debe inscribir al animal en el registro correspondiente.

Medidas de seguridad y otras obligaciones.
Se debe portar siempre en lugares públicos la copia de la licencia administrativa y de la inscripción en el registro de perros potencialmente peligrosos.
Será obligatorio el uso del bozal en lugares públicos. Así como el uso de correa o cadena de menos de 2 metros no extensible y no pudiéndose llevar más de un perro de este tipo por persona.
Los animales potencialmente peligrosos que se encuentren en parcelas, chalets, terrazas, patios o similares deberán estar atados a no ser que se posean las pertinentes medidas de seguridad en cuanto a altura, cerramiento y superficie para proteger a las personas, o animales que se acerquen.
Los criadores de estos animales deberán en todo momento disponer de las condiciones necesarias de seguridad para mantener estos animales.
La sustracción o perdida de un perro potencialmente peligrosos debe notificarse por parte del titular al responsable del registro municipal de perros potencialmente peligrosos en las 48 horas posteriores a que se tenga conocimiento de estos hechos.


Hoy, una mujer permanece en coma. Hace poco fue un niño destrozado.
Todos los años hay decenas de ataques evitables de estas bestias.
La mayoría no sale a luz por la escasa relevancia que se les concede; sólo cuando la escasez informativa oprime las redacciones o el dramatismo del ataque causa un resultado estremecedor e irreparable se les da la cobertura que corresponde a su interés e importancia. 

24/08/2010

Kidnap&Ransom

Me hubiera gustado que mi madre, en vez de soltarme un azote de esos que suenan mucho, duelen poco en la nalga y laceran mucho en la dignidad cada vez que me iba y metía allí donde no suelen llamar, hubiese tenido la visión de futuro suficiente para educarme en que el riesgo no es preocupante. Debería haberme inculcado que la responsabilidad de una acción no recae sobre el actor, sino sobre el gobierno que represente a ese súbdito intrépido.
A R. Zapatero le resulta fácil -es la segunda vez, que yo sepa- aflojar unos dineros que no son suyos. Que a gente como los "chicos esos de la oenegé" les salga gratis su estupidez mientras la pagamos los demás es algo que no consigo digerir.
Primero porque, puesto que pertenecen a una organización, debía haber sido dicha organización la que corriera con el total del rescate. Segundo porque fueron voluntariamente a una zona de riesgo, no a Argamasilla; o sea: eran conscientes de que ponían la piel en peligro y estaban más que avisados de que con esos tipos no vale la sonrisa tierna.
Sin embargo, lo que más me sorprende es que una oenegé mande a su personal de vacaciones a una zona donde la extrema precaución es poca y no haya suscrito uno de esos seguros a todo riesgo con negociador tipo Russell Crowe incluido.
Y, ahora, lo que me inquieta... que no es que la veda esté abierta.
¿Qué chanchullos se ha traído el gobierno con los secuestradores? Primero liberan, no sabemos en qué condiciones reales, a la "cooperante"; luego, un montón de tiempo después, a sus dos colegas de farra.
En realidad, son muchas las preguntas inquietantes que me asaltan cuando trato de analizar este asunto. Preguntas inquietantes y un par de intuiciones que se inclinan a subrayar una constante ayuda solapada a útiles grupos delictivos. Una urdimbre bien pergeñada que, por su hermetismo, está resultando de lo más eficiente.
He visto muchas películas, sí; pero, ya se sabe: la realidad siempre supera a la ficción.
Dejo caer, así, como el que no quiere la cosa, la sombra de una larga sospecha convencido de que no digo ningún disparate.
Desde el asunto "Alakrana" deberíamos tener la mosca detrás de la oreja, nosotros, los ciudadanos, porque en la inútil oposición que tiene este gobierno, incapaz de tomar inciativas sólidas, es mejor no confiar.
Por cierto que el señor presidente se niega a decir cuánto "ha costado" el rescate: ¿será que se han quedado buenos pellizcos por aquí?

15/08/2010

Mezquita ZERO

Tiene razón Barak Obama cuando afirma que los descendientes de Ismael "tienen derecho" a erigir una mezquita en el solar arrasado por el fanatismo musulmán. Tienen derecho porque en los Estados Unidos de Norteamérica -a diferencia de los países musulmanes- hay libertad de culto.

Sin embargo, puede que la cuestión no resida tanto en el derecho como en la perversa petición o insinuación.

El solo hecho de imaginar que en el hueco desolado que dejaron los salvajes en nombre de una religión, esa misma religión intransigente pretenda edificar un lugar de culto me parece abominable y abyecto. Me suena más a desafío y a burla que a la intención de rendir homenaje a quienes cayeron allí devorados por la obsesión, el rencor y la venganza.

La "Zona Cero" bien puede considerarse un camposanto, un lugar sacro pero no -desde luego- para la religión de Alá puesto que, salvo los asesinos, dudo mucho que los muertos en ese lugar fueran prosélitos del Corán. A mi, en mi reducida capacidad de interpretación, me parece más una arrogante exigencia (que es lo que suelen hacer estos tipos) que un noble arranque de humildad y de concordia.

Elevar una mezquita allí -pedirlo-, en el espacio delendo por los "simpáticos" terroristas es un insulto no sólo a los difuntos y sus familiares, a la sociedad americana con sus vicios y virtudes, con sus fallos y aciertos; es un insulto a la humanidad.

Es lógico que los americanos -que tampoco son unos santos, y de mi devoción menos- estén indignados ante esa posibilidad, la de ver que sobre las cenizas de sus desaparecidos se construye un recinto en el que la consigna bien puede ser la de "guerra al infiel".

Un disparate más al que nos acostumbraremos. Lo más extraño de todo es que haya sido Obama quien lo ha dicho porque, a decir verdad, más bien parece una de las múltiples idioteces a las que Rodríguez Zapatero, su "alianza de civilizaciones" (que es un coladero para evadir fondos) y acólitos nos tienen acostumbrados...

28/07/2010

LOS NUEVOS INDIANOS

Los españoles -o este revoltijo celtibérico- tenemos una dramática inclinación a magnificar lo insignificante y a porfiar lo absurdo; absurdo al que concedemos carta de falsa importancia. Somos ridículos: no en vano aquí nació el esperpento.
Esa obstinada inclinación atávica nos ha llevado a enredarnos en guerras sórdidas e innecesarias, en peticiones clamorosas de obtusa esclavitud y sumisión a las "caenas", en "pifostios" cainitas superficiales y patéticos.
España antes de la reforma del XIX
En esta rijosidad nos desenvolvemos, nos desarrollamos.
Ahora -según parece y desde hacía ya una tanda- lo español vuelve a estar de moda en todo el mundo menos en España.
Blandiendo una discriminación identitaria fecundada por una lengua diferente, muchos han iniciado una ofensiva que pretende abarcar todos los frentes y, en ellos, eliminar todo cuanto huela a español. Nada queda a salvo; todo es susceptible de ser denostado al rumor de la más leve sospecha. Del extremo de las corridas de toros a la negación de la selección de fútbol y el campeonato recaudado.
El problema, sin embargo, radica en la confusión (adrede o no) de conceptos y atribuciones. Tienen razón quienes renuncian a y denuncian que España sea ese cúmulo paleto de tópicos despreciables, la tríada flamenco, toros y paella, o el espectáculo exclusivo de los coros y danzas. España, en efecto, es mucho más que eso. Pero, de la misma manera, yerran también quienes con la mala fe de su sangre abominable adjudican la asociación de español-castellano y en ella fundan su rencor ancestral. El odio del nacionalismo a Castilla es estremecedor... e injustificado. Claro que con algo han de justificar su posición, sea una conjetura, una verdad a medias o una mentira grosera.
Lo más admirable de estos empeños es la constancia y la resistencia. Y lo cierto es que al final una de las dos partes habrá de ceder: una gana y otra pierde.
En el "todo sirve" excusatorio hay muchas ofensas que las partes vulneradas callan por no atizar más la hoguera. Son ofensas que, convenientemente amañadas y maquilladas, se transforman en rehiletes contra los propios ofendidos. Ejemplos hay a millares: España no nos quiere, nuestro cava no lo compran (cuando es prácticamente imposible encontrar productos no catalanes o vascos)... Es el arte de dar la vuelta a las cosas conscientes de que no se hallará respuesta contundente desde la otra orilla. Mentiras y caloñas perfectamente diseñadas y orientadas a generar confusión en los ignorantes y ganarlos para la causa.
Tanto calan estas triquiñuelas en las mentes permeables que han conseguido que el mayor defensor del independentismo catalán sea un "charnego". Que la intención de Montilla sea algo tan vulgar como la vanagloria de pasar a la Historia como el primer Presidente del Estado catalán es baladí... Pero, no hay que despreciar la soberbia de un hombre.
Conseguir la independencia no es una pretensión descabellada, aunque sí peculiar. No lo digo por la relación entre paisanos vecinos en esas fronteras difusas, confusas, diluídas en una abstracción lógica y en donde la lengua distinta no marca la línea separatriz que impide la mezcla y la comunicación. Los mozos de un lado seguirán yendo a las fiestas de los pueblos del otro lado, a visitar a sus zagalas o a trabajar sus campos; el vendedor ambulante, el buhonero, el tratante, seguirán pasando de un lado a otro con la certeza de estar en el mismo paisaje y entre la misma gente; los de un lado seguirán yendo a las celebraciones de sus parientes de más allá...
Y eso es lo que hará una gran parte de los tipos enardecidos y enconados con el independentismo. Accederán a la independecia, la obtendrán o la impondrán cuatro o cinco años más allá para "volver" de vacaciones a España, al pueblo de origen con ese aura de emigrado triunfante, de indiano nostálgico anhelante de que en una de las nuevas rúas del pueblo prospere su nombre.
Un espectáculo lamentable en el que todo cambiará, todo empeorará... para seguir, en el fondo, en la intimidad, siendo igual. 

26/06/2010

Dudas y deudas

Somos muchos los que llevamos mucho tiempo, demasiado, abogando por un cambio no sólo en la estructura económica sino también, y sobre todo, en los conceptos.
Los "caciques" de la Economía llevan años inventando conceptos destinados, únicamente, a su enriquecimiento. Conceptos aberrantes que nos han sido impuestos por la desidia de una legislación laxa y de unos políticos conchavados con ese gran poder de la banca.


Por eso y porque la masa, obtusa e indolente, es incapaz de reflexionar, de plantearse  preguntas elementales y de plantarse ante los despropósitos de banqueros y de políticos.
Ahora, con la crisis, se habla mucho de "recortar" y de que los ciudadanos han de hacer un esfuerzo por apretarse el cinturón; pero, muy ladinamente, se omiten algunas apreciaciones que pasamos por alto.
Una de ellas es la de la deuda de las administraciones públicas. Hablan de ella como algo abstracto sin matizar que esa deuda la pagamos (a los bancos) todos los súbditos de este lamentable país; que no es el ayuntamiento de Zarrapastros de la Vera el que debe el tanto, sino los paisanos cuyo dinero ha sido dilapidado por seres inútiles que han entrado en política para medrar y conseguir una cómoda posición y las rentas de esta. Así de claro. De modo que las deudas que ellos, los políticos, contraen en nombre de las instituciones las pagamos todos, y con generosos aumentos de impuestos cuando corresponde, y según les place a esos cabrones que no saben gestionar los fondos que les llegan a las manos. ¿Quiénes se benefician? Los de siempre: los bancos. Los bancos nunca salen malparados. Pase lo que pase y sea la culpa de quien sea, los bancos obtendrán sus buenos beneficios, bien por el cobro de sus usuras, bien por los "rescates" (con fondos públicos, o sea, de todos) que dadivosamente les conceden los políticos sin consultar a los legítimos propietarios de esos caudales: los contribuyentes.
Esto, en román paladino, es: los ciudadanos debemos a las entidades financieras lo individual, lo particular de cada quisque más lo que debe nuestro ayuntamiento, nuestra diputación, nuestra comunidad autónoma y nuestro gobierno central. La deuda la contraen, que no nos engañen, los próceres en cuestión; pero, ellos -que con tanta liberalidad disponen de nuestros cuartos- no la pagan.
Nosotros, como no nos rebelamos ante tal situación, seguiremos siendo los perjudicados y continuaremos sometidos a la chulería de un poder que no sólo nos exprime sino que, en su arrogancia sin límite, nos impone cambios a voluntad de valores y precios y comisones y cláusulas sancionadoras y tasas... sin que nadie pueda evitarlos; que nos impone horarios de ingreso de recibos para mayor comodidad de sus "estresados" empleados y así, una detrás de otra.
Tanta es su prepotencia, tanta su seguridad, tanto su poder que hasta se permiten la incoherencia de desarrollar una frenética "obra social" que, además de no repercutirla en quienes más ayuda necesitan ahora mismo -que somos muchos-, la financian con el dinero que descaradamente nos roban y que tanta falta nos hace para sobrevivir.
El que sea inteligente, que calcule los números de la Bestia...

18/06/2010

Copago, factura y gasto

Informar de lo que cuestan una operación, un tratamiento o un medicamento no los convierte en evitables. La emisión de una factura tampoco significa que quien la reciba vaya a tomar conciencia y, estando enfermo o no, renuncie a ir al médico para amortiguar el gasto sanitario.
El copago -aunque con reservas: hay tantos argumentos válidos a favor como en contra- puede estar bien como ingreso extraordinario, como fondo de ayuda al sostenimiento de la sanidad pública. Pero, más allá de esto, sea el copago útil o no, sea bueno o no, lo cierto es que la emisión de facturas es, sencillamente, un gasto superfluo más. Un gasto que, por poco que sea -que no lo será-, es perfectamente prescindible y que ahora mismo carece de sentido y de necesidad.
Desconozco los datos actuales del número de usuarios que acuden a los servicios sanitarios así que, como cifra ejemplar, haré una cuenta ficticia y, espero, ilustrativa a la vez.
Supongamos que a diario se entregan -entre unas cosas y otras- 1.000.000 (un millón) de papelitos con el importe de lo que el servicio usado cuesta. Supongamos, también, que cada una de esas esquelillas inútiles soporta un valor de 1 (uno) euro -papel, tinta, consumo eléctrico de la impresora, etcétera...- La cantidad de gasto diaria en esa simple tontería es, pues, de un millón de euros. Bien. Cójase ahora la calculadora y multiplíquese ese millón por 365 que son los días -en general- de un año. 365 millones de euros, comparados con la inmensidad del mar, pueden parecer una bagatela, una nadería; pero, no lo son. No lo son porque, entre otras cosas, ese dinero puede aplicarse a que durante un año 30.417 familias reciban una renta de 1.000 euros al mes, por ejemplo.
Cuando la economía va mal, cualquier familia lo sabe, lo primero que se hace es hurtar los gastos superfluos que, en su pequeñez, minan la renta. El problema, quizás, radique en que ninguno de estos encapullados que nos gobiernan, y que en su mayor parte proceden de una burguesía consolidada -aunque tengan que amputarse la memoria y apelar a abolengos de dudosa catadura y veracidad-, ha subsistido nunca con una renta equivalente a mil euros; no digamos ya con una de 440.
Europa pide. Que pida. Hagan recortes; pero, hagánlos con cabeza y, por supuesto, empezando por los derroches políticos y su comandita.
No copien a otros países porque las situaciones son distintas. Hagan un esfuerzo de inteligencia y piensen, busquen soluciones nuevas. Y si son incapaces, déjenlo. No gasten más en estupideces, no gasten en un papel que terminará, irremediablemente, en la papelera más próxima al hospital o al centro de salud.

17/06/2010

La navaja de Occam

"La explicación más simple suele ser la más probable; aunque no tiene -necesariamente- que ser siempre la verdadera".

La contraposición sugiere, no obstante, que las más de las veces la explicación más simple sí es la más probable y sí es la verdadera.
Si acepto la proposición de Occam como válida, y lo hago, me bastan dos sencillas premisas para determinar el problema:
-La causa de la crisis es la avaricia de políticos, banqueros y especuladores.
-Los políticos, banqueros y especuladores españoles son más avaros que los de otros países.
Luego, la crisis en España es mayor que la de otros países.
Doy por sentado que siempre -es una ley universal- habrá alguien que trate de desactivar el silogismo; pero, no importa: la reducción es impecable porque abarca, en sí misma, la respuesta a cualquier excusa que se pudiera oponer (permítaseme la arrogancia).
La tenia (solitaria) -que es un parásito intestinal, por si los de la L.O.G.S.E. no lo saben- que nos han inoculado es, pues, el resultado de un sistema sin limitaciones reales ni vigilancia que permite a los poderosos actuar impunemente.
La pregunta que surge inmediatamente es "¿quién, entonces, debe responder de la crisis y paliarla?"
Evidentemente, los políticos, los banqueros y los especuladores y han de hacerlo con sus fondos personales y con los beneficios del enriquecimiento ilícito que han gozado. No son los obreros ni los pequeños ahorradores ni aquellos que, haciendo acto de fe ciega, intentaron mejorar un poco en sus condiciones de vida y ahora, hipotecados hasta las pestañas no pueden afrontar la deuda exagerada contraída. Sobre todo porque los políticos que han permitido la debacle, los banqueros que la han fomentado en su ruindad y los especuladores que se han aprovechado, tienen sus patrimonios a buen recaudo mientras que el resto de los ciudadanos se ven en el brete de sobrevivir sometidos a estrecheces que, de haberlo sabido, nunca hubieran permitido que llegaran.
Ya lo dije una vez y lo repito: si se socorre a un banco con fondos públicos, lo razonable es que a ese mismo banco -y es un ejemplo- se le imponga la renuncia a exigir el pago de las hipotecas. Si no se hace así, el banco en cuestión estará recibiendo un doble beneficio que procede del mismo bolsillo: el del contribuyente. Sí, así es, porque estará percibiendo el dinero de la hipoteca que se le debe y, además, el dinero que ese mismo deudor tiene que aportar en forma de impuestos. Entre tanto, el propietario del banco que autorizó las "maniobras" que desembocaron en la crisis -sigo en el ejemplo- continúa viviendo en su lujoso y confortable chalet, disfrutando de chófer y servidumbre, acudiendo a saraos de caviar y Rolex, etc.., y paseando por delante de la miseria sin estremecerse ni compadecerse.
Los poderosos han derivado la responsabilidad del problema en quienes no la tienen ni provocaron dicho problema. Ese círculo vicioso y viciado de poder -o poderes corruptos- en el que entre ellos se protegen hay que desmontarlo, eliminarlo, guillotinarlo.
En lo que sigamos aceptando su poder fiduciario y nos resignemos al falaz sofisma; en lo que no pongamos pie en pared y nos reconozcamos como la verdadera fuerza poderosa que quita y pone rey sin servir a un señor; en lo que no nos rebelemos contra la injusticia manifiesta y establecida, seguiremos subyugados, uncidos a la miseria.
Hay que levantarse y andar. Hay que decir basta y a quién nos dé el alto y nos grite "¡aquí mando yo!" apartarle sin complejos y sin miedos y responderle: "ya no, hermano, ya no".

16/06/2010

¡Más miseria!


Europa -eso que eufemísticamente llamamos la Unión- va a pedir, previsiblemente, más sangre. Los donantes de la sangría serán los subsidios, las prestaciones. Nuestros políticos, encantados de que no se toquen sus pingües rentas, aceptarán sin rechistar como buenas sanguijuelas que son.
Aún es una conjetura, una hipótesis. Sin embargo, si esa suposición se hace carne el resultado será desolador y Europa, incluido el gobierno y quienes lo respalden, se estarán equivocando, empeorando la situación y siendo cómplices de una grave injusticia a la par que demostrarán su desfachatez y su carencia absoluta de ética.
Creo conveniente hacer dos aclaraciones, a mi juicio, razonables:
-El sistema subsidiario español no es el de Alemania, Francia, Suecia o Reino Unido... Las condiciones y situación de los parados en cada uno de estos países son distintas y, por tanto, la misma medida implantada repercute, también, de forma distinta. Si algo tan elemental no se comprende, entonces estamos ante la mayor concentración de políticos ignorantes por metro cuadrado de toda la Historia humana.
-La solución no pasa por recortar prestaciones, sino por eliminarlas. Pero, para poder eliminarlas antes se debe dar un paso imprescindible: CREAR EMPLEO. No se pueden, alegremente y después de lo que se ha dilapidado en estupideces o en regalos económicos a los más desafinados de la secta, suprimir los subsidios sin dar la oportunidad de compensarlos, de sustituirlos con una renta por trabajo.
Eliminar esos ingresos implica abocar a más de un millón de españoles a hundirse aún más en la miseria; ahondará el problema bancario porque -se quiera o no- ese dinero sirve para paliar las hambres y para ir pagando, como buenamente se puede, la usura legal a que se nos ha sometido a casi todos los que habitamos este país.
Resumiendo. El problema se acentuará porque lo que se ahorra por una parte habrá que derrocharlo por otra -y puede que exponencialmente- inyectando fondos a entidades bancarias que se quejarán amargamente del aumento de morosos; disminuirá todavía más el consumo; etc... Si los sesudos economistas y políticos no han visto algo tan sencillo como eso, apaga y vámonos porque para tomar una medida como esa sólo hay dos explicaciones posibles: o son unos ignorantes o son unos auténticos inmorales.

15/06/2010

Mentalidad y estructura

Las preguntas sencillas, con frecuencia, son las más difíciles de responder. No porque la respuesta precise de explicaciones complejas, sino porque cualquiera respuesta carece de soporte lógico y razonable o se queda en el filo de la excusa.
Por eso, quizás, cada día me cuesta más comprender algunos conceptos como el del "aforamiento" de nuestros políticos. ¿Qué sentido tiene? Desde mi humilde perspectiva, ese privilegio no tiene razón de ser.
Con mucho menos motivo si apelamos a la base de dicho privilegio: son representantes de la soberanía popular. Por eso mismo, porque son quienes ostentan -a veces-, sustentan -algunas veces más- y detentan -la mayoría de las veces- la representación ciudadana, la observancia de una conducta intachable debe ser rigurosa, su comportamiento en todos los niveles y a todos los efectos ha de ser impoluto.
De ese modo, como paradigmas de una sociedad impecable y sana, deberían ser los primeros en someterse a la norma legal establecida sin prerrogativa alguna. De ese modo, y por ser los "elegidos", se les debe exigir una transparencia absoluta en sus actos, someterlos a examen exhaustivo y exponerlos a una publicidad total. De ese modo, por ser seres que ceden su identidad para llevar, todas y cada una, las de sus electores, las de sus votantes y no votantes, deberían estar sujetos -mucho más sujetos- al imperio de la ley y ser igual de vulnerables ante esta que cualquiera de sus representados. Son nuestros delegados y, por ende, nuestros empleados: son, por expresarlo de una manera algo burda y bastante gráfica, los subalternos que enviamos a bregar con los trabajos más sucios.
Otra de las inquisiciones sencillas a las que aún nadie ha sabido responderme satisfactoriamente es una comparación natural: ¿Por qué un padre de familia incapaz de afrontar la quiebra familiar está sometido a las acciones legales que correspondan contra él y asumir la sanción que se le imponga y, por contra, el responsable de una mala gestión bancaria o el promotor de la ruina de todo un país están exonerados de una responsabilidad mucho mayor?
La desproporción, el desequilibrio y la injusticia son manifiestas.
Es necesario cambiar la mentalidad y los criterios -indolentes- de la sociedad y de los políticos. Y es necesario, y urgente, cambiar la estructura de impunidad vigente que rige el destino de los poderosos y que no opera, claro, para el resto de mortales.
Es necesario dotar a la ciudadanía de recursos eficaces de defensa contra los abusos derivados de aquellos privilegios incomprensibles y de una maquinaria que permita remover, ante los desmanes, de inmediato cualquier nivel y cualquier departamento político, social, económico, judicial, etc...
Es evidente que quienes llegan a cualquier espacio de poder no van a ceder un ápice para cambiar su posición y dejarla a merced del pueblo soberano.
Entonces, la pregunta que queda por hacer es: ¿Cómo podemos?
La respuesta más extendida, y aceptada estúpidamente, a esta pregunta es "para eso están las urnas". Con ese sofisma atrofiado nos conformamos y le damos carta de validez suprema, de axioma.
Las urnas están, sí; pero, no es cierto que sean un resorte útil teniendo en cuenta cómo están estructurados política y partidos. Y aunque fueran una herramienta servible, sería insuficiente porque sin una ciudadanía con capacidad ejecutiva inmediata, la democracia se queda en una pantomima, en una "democracia absolutista" en la que se hace bueno, por verdadero, aquello de "todo por el pueblo; pero sin el pueblo".
Así las cosas, poco es lo que se puede hacer; es cierto. Sin embargo, sería bueno saber que para cambiar algunas cosas y avanzar basta con una sola cosa: voluntad.
Claro que esa voluntad conlleva otras cosas que, hasta la fecha, muy poquitos políticos tienen y con la voluntad del pueblo, no cuenta nadie.

11/06/2010

La rana y el escorpión

Érase una vez que se era una rana sentada plácidamente en la orilla de un río cuando se le acercó por detrás un artero un escorpión derrochando simpatía.
-Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? -le preguntó el escorpión.
-¿Quieres que te suba a mi espalda y te lleve al otro lado? Ni pensarlo -respondió la rana- Te conozco  y sé que si te monto a mis lomos me picarás traicionero con tu aguijón y me matarás.
-No seas tonta; confía en mi -le respondió zalamero el escorpión. -¿No ves que si te clavo mi aguijón yo moriré contigo?
La rana se lo pensó: "Tiene razón. ¿Qué sentido tiene que me mienta si él moriría también".
Entonces, la rana se llegó hasta el escorpión y le dijo: 
-Lo he estado pensando y te llevaré hasta la otra orilla.
El escorpión se subió a la espalda de la rana para cruzar el río.
Apenas estaban a mitad de camino cuando el escorpión, aprovechando la indefensión y la credulidad de la rana, la picó con su mortífero aguijón.  La rana, sorprendida, notando el ígneo veneno extendiéndose  rápidamente por su cuerpo, sacó fuerzas de flaqueza y en su agonía  reprochó con un débil hilo de voz al escorpión:
-Me has mentido: ahora moriremos los dos.
El escorpión, arrogante y despectivo, le respondió:
-Venga, no seas ingenua. Es mi naturaleza y nada puedo hacer contra eso.


Moraleja: Este gobierno es como es aunque diga lo contrario y nos hundirá a costa, incluso, de su propio prestigio político.

01/06/2010

La propaganda funciona


La cosa está que arde: lleva siglos ardiendo.
Salvo algunas excepciones, es el mundo contra Israel. El antisemitismo es casi universal, casi unánime, casi uniforme. El pueblo elegido por Dios no es el pueblo elegido por los hombres. El odio a los judíos es crónico y antiguo. No hablo de las historias de España, de Alemania o de Francia; hablo de una inmensa mayoría de países y de siglos. Es la Historia Universal y está ahí; luego, cada trujamán que interprete la composición a su manera.
Toda nación y toda raza tienen su sagrada mácula abominable. Sin embargo, el denodado encono manifestado contra los judíos y el favor y el fervor recibidos por los palestinos ni están justificados ni son justos.
Israel es un pueblo vapuleado durante centurias al que se le ha negado una tierra con la que identificarse. Es un pueblo masacrado al que se le pide, una y otra vez, que restañe su lacerado cuerpo y avance inerme frente a uno de sus masacradores; frente a ese "pobrecito" pueblo palestino que, en ocasiones demostrables, ha sido capaz de escudarse en sus hijos para alentar una algarada en la que sus enemigos tuvieran las manos atadas; frente a ese "pobrecito" pueblo palestino que fue ALIADO del Tercer REICH alemán.
La realidad, como la verdad, es fácilmente reconocible y, también, clamorosamente falsificable y las inteligencias áridas son campo propicio para que germinen las semillas de la estulticia atroz y vengativa.
Pocos son los que embozados en el kuffiyya se han preocupado de, siquiera, informarse un poco sobre la cuestión palestino-israelí y menos, muchos menos, los que darían su brazo a torcer reconociendo que la historia no es como ellos la cuentan; al menos no toda.
Para esta gente es duro asumir que un pastor armado de honda abatiera al hiperbólico Goliat, el filisteo invasor de su tierra. El filisteo o, lo que es lo mismo: el palestino invasor. Fue Roma quien asignó a la tierra de los hebreos, con su ánimo de ningunearlos, de reducirlos, el topónimo conflictivo. Siria Palestina la llamaron imponiendo al todo, una parte menor: un asentamiento filisteo. Esto significa que cuando ellos llegaron, ellos ya estaban allí.
No seré yo quien juzgue al pueblo hebreo. Como todo pueblo tiene su carácter. Pero, sí me choca la incomodidad irritante que sufren algunos detractores cuya sorpresa sería mayúscula si indagaran en sus venas el porcentaje de consanguinidad que mantienen con la tribu de Israel.
También me admira la capacidad de algunos para el análisis sesgado y desorientador impugnando evidencias demoledoras.
El esfuerzo por sobrevivir, por permanecer sobre la haz de nuestro planeta ha convertido a los judíos en unos seres peculiares, sufridos y, sobremanera, resistentes. Han padecido todos los horrores y todas las humillaciones y se han sobrepuesto. Es estremecedor.
Después de penurias y éxodos, les devolvieron a un país horro, muerto -como su mar-. Ellos, con energía y tesón lo recobraron hasta hacer de esa arena inservible un vergel productivo y un lugar habitable.
Enriquecieron su país y es lógico que no renuncien a defenderlo, a entregárselo a una piara de holgazanes perturbados, crueles y traicioneros, cuyas únicas intenciones son exterminar a los legítimos dueños de esos territorios y esquilmar estos hasta devolverlos al estado desértico en que estuvieron.
Los judíos no me son ni especialmente simpáticos ni particularmente antipáticos. Intento ser ecuánime consciente de que en este mundo nada es lo que parece y, en este caso, consciente de que Israel, fraguado ya Estado, no siempre ha jugado con limpieza.
La Historia es la que es y los hechos, hechos son. Quizás por eso soy incapaz de comprender por qué nosotros -sin ir más lejos- que aún estamos enzarzados en la Civil de 1.936 pretendemos (en una lección magistral que nos viene grande) que ellos, los judíos, hagan tabla rasa y se olviden de sus Holocaustos.
Si ellos no tienen derecho a defender su tierra, entonces, ¿quién lo tiene?
La falsa progresía decidió identificar Israel con la opulencia capitalista y que los oprimidos eran los hijos de Palestina. Según ese mismo criterio, deberían revisar las fortunas de los jeques y, ya de paso, estudiar los kibbutz y su sistema socialista. También, del tirón, repasar un poco la historia geopolítica de la zona para ver que, en este asunto, fue antes la gallina que el huevo.

28/05/2010

La guerra de Murphy


Durante la Segunda Guerra Mundial un submarino alemán torpedea el barco mercante de Murphy (Peter O'Toole sobrio) en el delta del Orinoco. El sanguinario Lauchs, capitán del submarino, lejos de compadecerse de los tripulantes náufragos, ordena ametrallarlos. Todos mueren excepto Murphy y el piloto de reconocimiento. Murphy logra llegar a la costa...
La precisión de los detalles es aleatoria y suficiente. Sólo la vi una vez: la compré, la vi, la presté, la perdí: no volvió. No la olvidé.
A Murphy el azar le depara una isla, un submarino alemán y un torpedo intacto con el que procurarse venganza.
No sé muy bien si a la historia se le puede inocular un aspecto metafórico, o de fábula, y condensar su interpretación en el empeño por cumplir a toda costa con un sagrado deber o en la obsesión denodada de un hombre por destruir a su enemigo. Quizás sean la misma cosa propuesta desde divergentes puntos de vista, aunque con un origen común.
El caso es que, sea deber o sea obsesión, Murphy termina hundiendo el dichoso submarino y lo paga con una muerte horrible.
Extrapolando términos, casi podríamos comparar esa película con la situación actual de nuestro señor Presidente y su submarino "Crisis" desde el que, no conforme con hundir cuanto queda a su alcance torpedero, además, despliega su sadismo absolutista rematando a quienes tratan de sobrevivir aferrados a una deleznable tabla. Su tenacidad irreductible -fruto de su fanatismo radical- de culpar a todos y a todo menos a sí mismo y la pertinacia con que en su alocado afán nos está depauperando ha llegado a ese extremo abominable.
El héroe destinado a enmendar el desaguisado, ya sabe lo que le espera.

22/05/2010

La recortada y el atraco


Hasta que el Gobierno no ha tocado al funcionariado -grupo incomprensiblemente privilegiado- la voz sindical no se ha oído. No sólo no se ha oído, sino que por los cinco millones de desempleados (y aumentando) sigue sin hablar. Su mutismo se debe, dicen algunas lenguas, a la ingente cantidad de dinero que desde hace un tiempo reciben injustificadamente de un poder ejecutivo cuyo interés mayor es mantenerlos en la beatitud de su particular égloga.
A diestra y siniestra asoman soluciones y atajos dirigidos, afirman, a solventar esta irreductible crisis en la que nos ha sumido la falta de criterio y la sinrazón de la arrogancia y la permanencia a toda costa en el adujamiento confortable de los sillones gubernamentales.
Llevo semanas, por no aludir a meses, oyendo disparates cuyo calibre resulta estremecedor. Ideas descabelladas, algunas, bajo las que late una clara intención de lucro personal. Pero, eso es otro capítulo. Ahora, el epicentro está enclavado en la necesidad imperiosa de resolver un problema. Así, quien más, quien menos, aporta su aliento impetuoso sin pensar en qué repercusiones tendría su propuesta en caso de ser adoptada. Hablar por hablar.
Una de estas últimas barbaridades es la de "eliminar" las Autonomías. El proceso autonómico es irreversible, al menos a corto plazo. Varias razones me inducen a sostenerlo. La primera es que ningún partido nacional renunciará al gobierno de sus "feudos"; los partidos nacionalistas no digamos. En segundo lugar hay que tener en cuenta que para suprimir el sistema autonómico, antes hay que reformar la estructura administrativa y aquí la bifurcación: si se mantiene el estatus de los funcionarios, ¿dónde y cómo se les reubica? Si se les desvincula -deduzco que muy generosamente con dinero público- de sus puestos, se enrolarán en el I.N.E.M. aumentando el problema.
Durante el "boom" de la construcción el excesivo enriquecimiento ha sido algo sólito. La cantidad de dinero negro que generó es, posiblemente, inimaginable. Intuyo que en las tácitas "recomendaciones" de la U.E. una es la de buscar ese dinero y sacarlo a superficie. Todos sabemos que no es tan difícil encontrarlo... aunque esté envuelto en papel de periódico como un buen bocata de sardinas. Dinero negro cuyo rastro también puede ser seguido en una buena parte de los "autónomos" que han conseguido, milagrosamente, un patrimonio sospechoso. ¿O hay alguien que aún no sepa lo que pasa cuando se avería la lavadora o se rompe una tubería? ¿Quién no conoce a un fontanero con chalet, cochazo, ..? No digo que sean todos: afirmo que hay muchos que durante años han defraudado, mentido a Hacienda, con una contabilidad falsa que les ha reportado beneficios notables. De algunos comerciantes que hicieron su "agosto" en la bonanza, ni qué hablar aunque ahora perjuren que están en la ruina.
Pero, claro, lo cómodo es centrar la vigilancia en aquellos que están "fichados", en pensionistas, parados con prestaciones, etc... Lo otro implica moverse, trabajar, y eso es duro.
La cuestión de las entidades financieras, mejor ni tocarla, no sea que en las próximas elecciones no les concedan los créditos que necesitan para las campañas; créditos que luego se pagan con fondos públicos dependiendo de la representación conseguida. Los bancos y cajas que sigan obteniendo beneficios y practicando la usura que, además, se les "ayudará" con dinero de todos. Y aquellos que han gestionado mal poniendo en un brete a los pobres clientes, que se vayan de rositas mientras siguen ejecutando hipotecas e iniciando procedimientos por dos letras impagadas.
Entre tanto, nosotros, en casita estamos mejor viendo lo bien que baila la gilipollas de la Esteban y ensalzando su ordinariez en la que, parece ser, nos vemos reflejados y de ahí la empatía.

09/05/2010

El velo que va delante es el que alumbra


En España todo se legisla -otra cosa es que luego ese exceso de legislación sirva para algo que no sea malinterpretar la ley, manipularla o colapsar los juzgados con estupideces- y ahora, tras una polémica inútil y cargada de intenciones ocultas, se pretende legislar sobre el uso del velo musulmán.
El uso del velo no encierra peligro en sí mismo. Lo que entraña es un reto, un desafío descarado y el interés por hacer prevalecer un criterio sobre la costumbre o la propia norma.
El velo no se está usando como objeto testimonial de una fe, sino como arma. Imponer el velo no es imponer un derecho a una sociedad que garantiza y respeta los derechos, sino imponer una voluntad incisiva basada -fomentada- en el imperativo expansivo de una religión que desdeña las normas y el poder civiles sobre la religión.
El velo, como manifestación orgullosa y visible, como símbolo enardecido de pertenencia a una doctrina, no tiene más trascendencia que la cruz lucida en el pecho, el tatuaje en el antebrazo o el lunar en la frente. Pero, como aliento teocrático es, sin duda, un ultraje.
Un ultraje por contradictorio: no se puede exigir el derecho a llevar libremente el velo cuando lo que con ese velo se proclama es la supresión del derecho que permite llevar el velo.
El debate, pues, en mi modesta opinión, no es "velo sí o velo no." La cuestión, creo yo, estriba en "religión, ¿hasta dónde?" y, desde luego, nunca por encima de la norma política, de la norma civil.
Del burka y otros peligrosos embozos... hablaremos otro día. ¡Si Esquilache levantara la cabeza!

30/04/2010

¡Y se ríe!

Un trabajador -con suerte, porque tiene empleo- le increpa, y él se ríe. A José Blanco le hace gracia. Es de suponer que no es el único zascandil del Gobierno a quien la amarga y desesperante situación que atravesamos le parece hilarante.
Podría haber hecho un esfuerzo de dignidad y servidumbre y, tras parar a sus guardaespaldas con ese gesto de poderosa clemencia, haber dejado que el hombre se expresase; pero, claro, es un riesgo innecesario no fuera que el buen hombre asperjara algún razonamiento inconveniente. Es mejor reírse. Mejor dejar a la posteridad hermética y olvidadiza esa sonrisa estúpida, histriónica, que permitir a alguien usar su libertad de expresión, esa misma que dicen tiene Garzón, Villarejo, Bardem, Bosé, Toledo, Zarrías y demás flatulenta ralea.
Se ríe. Se ríe como lo hace Rodríguez Zapatero cada vez que -mes tras mes desde hace dos años- anuncia el final de la crisis, la gloriosa y anhelada recuperación o el descenso (en picado, creo yo) del desempleo.
Espero que quienes aún están ciegos abran los dos ojos -de los tres- que les queda por abrir: los de la cara.